Unos lo han hecho ya hace unos meses (son los de enero); a otros, todavía les queda un trimestre, (los de diciembre).
En la mayoría de los casos, las chicas han vuelto, tras las vacaciones, transformadas, en pleno estirón, con cambios en sus proporciones corporales. La alta de la clase ya ha tenido su primera regla y va a crecer mucho menos a partir de ahora. Le saca una cabeza a la bajita, que no ha empezado la pubertad y que va a tardar todavía en hacerlo (tendrá su primera menstruación superados los 15 años).
Casi todos los varones han comenzado el curso como dejaron el anterior: siguen siendo unos niños. Juegan, pican, no entienden las tonterías de sus compañeras y les quedan un par de años para empezar a sentir los impulsos de la testosterona circulante. Tan sólo alguno, como el alto de la clase empieza a notar cambios; sus testículos aumentan de volumen, le crece el pene y le va saliendo vello. Este chico comenzará el estirón antes que los demás y cambiará su voz al mismo tiempo.
El ejemplo contrario, el niño bajito que tendrá la pubertad retrasada está en este curso a unos 30 cm. del más alto y va a crecer más tarde. En ocasiones, finalizará su crecimiento en la Universidad, que todavía está muy lejos. Este chico tendrá una talla final superior a la de las chicas de su clase.
Estos ejemplos extremos, pero reales, conviven en muchas de nuestras clases de 6º de Primaria. Son variaciones de la normalidad, pero suponen una gran preocupación a los chicos que las padecen y a sus familias.
Debemos diferenciar bien lo que es una patología de una simple variación de la norma. Se trata de que los cuatro chicos del ejemplo puedan encontrarse a los 25 años comparando sus respectivas situaciones personales sin que les haya quedado ninguna secuela, sabiéndose normales y conociendo que a sus hijos puede ocurrirles lo mismo.
Los percentiles
Desde el nacimiento de nuestros hijos, los pediatras nos han acostumbrado a esta palabra: “percentil”, es decir, la gráfica estándar de estatura media de la población a la que pertenecemos.
Estar en un percentil 25 en talla a una determinada edad, quiere decir que entre 100 personas de esta edad, 75 han alcanzado una altura superior y 24 inferior. La media de la población se corresponde con el percentil 50 y se consideran normales todos los niños con una talla comprendida entre el percentil 97 y el 3. Todos los niños que estén en una situación superior o inferior a estos tamaños deben visitar al especialista.
¿Por qué mi hijo es más alto que yo?
A pesar de que los genes son los que más cuentan para la estatura de una persona, hay otro aspecto que debemos tener en cuenta. La mejoría de las condiciones socioeconómicas y culturales de los países desarrollados ha permitido una adecuada alimentación a una mayor cantidad de personas. Se ha mejorado progresivamente la talla adulta y, además, se alcanza antes, debido a un progresivo adelanto de la edad de la pubertad. Este fenómeno se denomina “aceleración secular del crecimiento” y está, sin duda, relacionado con una adecuada alimentación durante la infancia, aunque también contribuye la mejoría de las condiciones higiénico-sanitarias. Como expresión de la aceleración de la talla en España, podemos observar el dato de que los soldados españoles que se alistaron entre 1903 y 1955 ganaron sólo 1,7 cm. de media en su talla, mientras que entre 1955 y 1985 el aumento fue de 7 cm.
¿Por qué los niños obesos son más altos?
La obesidad durante la infancia y la pubertad influye positivamente sobre el crecimiento, ya que lo acelera y permite un cambio en el canal genético del crecimiento. Pero debemos tener en cuenta que esta mejoría es transitoria, puesto que, en el caso de que el obeso permanezca como tal, finalizará su crecimiento antes de lo previsto por lo que al final se mantendrá su talla genética.