Probablemente la infancia sea la etapa más musical de la vida. Crecemos más felices rodeados de música y canciones. Desde que nacen a los bebés se les arrulla con nanas y se continúa con todas las canciones populares que nos sabemos… y las que no, las aprendemos sobre la marcha. Según crece el pequeño va memorizando sílabas , tonos y de repente un día canta la canción casi casi entera y más o menos inteligible.
Dice Shinichi Suzuki (violinista, educador y filósofo) que la habilidad musical no es un talento innato, sino una destreza que puede ser desarrollada. “Cualquier niño a quien se entrene correctamente puede desarrollar una habilidad musical, de igual modo que todos los niños desarrollan la capacidad de hablar su lengua materna”.
Siendo esto así lo conveniente es que el niño esté en contacto continuo con la música durante su educación infantil desarrollando aspectos musicales al mismo tiempo que aprende a expresarse verbalmente. Este progreso a medida que crece se podrá seguir potenciando en mayor o menor medida.
Los niños hasta los seis años están en pleno descubrimiento de su cuerpo y es provechoso que sepan que precisamente su cuerpo es el instrumento más valioso que poseen, con el que pueden emitir infinidad de sonidos y realizar movimientos de todo tipo, lo que les ayudará a expresarse mediante multitud de sensaciones combinando música con danza y expresión corporal.
La canción infantil transmite aprendizaje de valores, enseñanzas de vida, tradiciones, moralejas y resulta estupenda para relajar y estimular al niño que ve como su estado de ánimo se predispone a hacer mejor cualquier tarea si antes ha bailado y cantado.
Hay cuatro ventajas claras que aportan las canciones infantiles al proceso educativo:
1. Se aprende a leer y a escribir más rápido
El lenguaje silábico sencillo y repetitivo en una estructura simple dentro de una historia hace que el pequeño asimile sonidos y letras si acompañamos la canción con la letra escrita en fichas o libros. Identificará rápidamente el sonido silábico cuando comience a leer.
2. Ejercitan la memoria
Nos asombrarán aprendiéndose infinitas canciones con sus respectivas coreografías. De hecho, no hay límite. Memorizarán todas las melodías que escuchen, ya se en la escuela, en casa, con los abuelos, en sus series de dibujos o donde sea. Y no se cansan de cantarlas, así que paciencia y a disfrutarlas con ellos.
3. A través del baile desarrollan la motricidad
Acompañando las canciones de pequeñas coreografías su expresión motora se ve incrementada y también estimula su motricidad y coordinación sin darse cuenta.
4. Controlan y se relajan
Viven por primera vez la concentración que requiere acompasar letra, melodía y baile, lo cual hace que sean conscientes de sus movimientos corporales, musculares y faciales y los comiencen a dominar. Mientras se divierten también se relajan. Cantar es una excelente terapia que aumenta las risas y disminuye el estrés. No es casualidad que digan que la música amansa a las fieras…
¡Así que todos a cantar!
12 abril, 2017
Muy de acuerdo. Gracias.
16 abril, 2017
Me parece muy educativo
17 junio, 2017
En cuanto a la educación con la música es muy interesante