Halloween es perfecto para pasar un rato haciendo divertidas recetas “ de miedo”, ¿no os parece? Podemos organizar una merienda o una cena, que los niños se disfracen, decorar la casa y previamente entretenerlos haciendo ellos mismos estas comidas monstruosas que seguro les encantan, y más elaborando ellos todos los detalles.
Esto es lo más escalofriante que hemos encontrado en internet. ¿Cuáles vais a hacer?
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Frutas terroríficas
Hay varias ideas muy sencillas de hacer por los niños y además sanas: desde platanitos fantasmas, calabacitas que son mandarinas, bocas de monstruo con manzanas y cestas-calabaza con naranjas vacías a las que cortaremos los ojos y la boca.
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Pizza con arañas
Hacemos unas pizzas con base precocinada o si nos atrevemos podemos hacerla nosotros, le añadimos su tomate, quesito, y ya para darle el toque repugnante que necesitamos, unas arañitas que en realidad son aceitunas negras. Divertidas y calentitas, quedan geniales y están riquísimas.
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Dedos fritos sangrientos
Los hemos encontrado de pollo, pero se pueden hacer de pescado y de queso. Cuando se hayan enfriado un poco, que los niños les pongan las uñas que pueden ser medias aceitunas verdes o negras pegadas con un poco de kétchup que pondremos como “sangre” para mojar.
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Hamburguesas y sándwiches escalofriantes
Una idea nutritiva que seguro encantará a mayores y niños. Son mini-burguers o sándwiches que podemos decorar como en la foto o como se nos ocurra. La imaginación es el límite.
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Gelatina de gusanos
Hacemos gelatina verde que es un color que puede dar el pego como moco viscoso y la decoramos con gusanos de chuches, incluso con otros bichitos de golosina que encontremos. Tan asquerosa y divertida como rica.
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Cerebro de coliflor
Súper original presentación en la que cocemos una coliflor y la ponemos en el centro de la bandeja con un dip en el centro. La de la imagen es con vegetales y queso pero puede ser con frutas y chocolate, por ejemplo.
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Escobas de bruja
Necesitamos palitos de pan tipo grisines, lo más finos posibles, queso en rectángulos, que podemos cortar nosotros, y unas ramitas de cebollino para atar. Clavamos los palitos en el queso, hacemos tiras por debajo y atamos con el cebollino. Escobas deliciosas para escapar en mitad de la noche…
Y ahora sólo falta ponerse el delantal y comenzar… ¡Ya nos contaréis qué tal!