Trastornos alimenticios en niños: qué hacer si no quiere comer

La alimentación, sobre todo entre los dos y los cinco años de vida, es fundamental en el crecimiento de los niños. Sin embargo, existe una etapa del desarrollo en la que los menores suelen ser reacios a alimentarse. Y, aunque les informemos acerca de las posibles causas de su actitud y les demos algunos consejos para comer mejor, la mayoría de las veces no se consigue nada salvo la desesperación de los propios padres.

Por eso, en este artículo, queremos contaros nuestros consejos para conseguir que los niños coman, con el fin de que podáis ponerlos en práctica si vuestros peques tienen problemas con la comida.

 

¿Qué hago si mi hijo no quiere comer?

Es de conocida importancia que la alimentación en niños cuyas edades fluctúan entre los dos y los cinco años resulta primordial en su desarrollo, y es justamente en esta etapa cuando los nutrientes y las calorías inciden mayormente en su formación. Sin embargo, en muchas ocasiones, los controles médicos determinan una baja importante en el peso de los niños, estableciéndose que el menor engorda solo uno o dos kilos al año, lo que significa que disminuye en un 20 o hasta en un 30 por ciento el desarrollo de su peso sobre lo que venía siendo habitual hasta entonces.

Pero la explicación a esto en realidad es simple. Existe un período en su desarrollo, que va desde los 18 a los 24 meses y hasta los cinco o los seis años, en el que como parte normal de su evolución disminuyen las ganas de consumir alimentos, presentando periodos en los que por más que nos preocupemos de darles lo que les gusta, pareciera que la comida no fuera una de sus prioridades.

¿Qué hacer en estos casos?

  • Verifica si tu hijo tiene bien su temperatura corporal, ya que a veces los niños pueden estar comenzando a manifestar una enfermedad en estos casos.
  • También existe la posibilidad de que el pequeño esté cansado. Si es el caso, deja que duerma y no le obligues a comer. Más tarde podrás volver a intentarlo, seguro que con mucho más éxito.
  • Varía las comidas, tanto desde el punto de vista del sabor como del color.
  • No exijas al niño el consumo de determinados alimentos a la fuerza, ni prometas premios, ni amenaces con castigos para lograr que coma “algo”. Esta actitud solo ocasionará un berrinche y un malestar, que incluso podría perjudicar la relación y el entendimiento entre padres e hijos.

Pero lo cierto es que otra opción muy común es que tu hijo esté pasando por una fase de llamar la atención o que quiera intentar reforzar su papel y su independencia desafiando las normas. En este sentido, debemos entender que los niños descubren el mundo que les rodea y muestran su interés continuo por él, lo que prevalece ante el deseo de realizar cualquier otra actividad, como por ejemplo la de comer. En este caso es necesario que entendamos que, durante dichos periodos, las necesidades alimentarias de los hijos disminuyen, por lo que no se debe forzar a comer más de lo que pidan.

Otra consideración a tener en cuenta es el evitar que los niños se alimenten de comida “basura” entre horas, por ejemplo, ya que sus ganas de comer o cenar disminuirán de forma lógica.
Solo en el caso de que tu hijo se niegue a comer de manera muy continuada, sería importante consultar el problema con el pediatra.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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