Hay una revolución en la manera en la que se enfoca este tipo de tratamientos
Hay muchas parejas que tienen problemas para concebir por problemas de fertilidad y que acuden a una clínica de reproducción asistida para poder cumplir su sueño. También se acercan a estas clínicas en un gran número mujeres que quieren concebir un bebé pero necesitan para ello un donante de semen. La situación es que hoy en día acudir a este tipo de clínicas es algo que está ya completamente normalizado. Muchas mujeres recurren a estos centros en la actualidad porque eligen ser madres solteras, ya se trate de mujeres jóvenes y aún fértiles o de aquellas que ya presentan problemas de fertilidad.
Hay un empoderamiento y un cambio de mentalidad, producto de la necesidad de adaptarse a las nuevas circunstancias, que lamentablemente retrasan la decisión de la maternidad. A las clínicas de reproducción asistida acuden por ejemplo cada vez más mujeres que no tienen pareja. Personas que han estado esperando a la pareja adecuada y ahora están en una edad tardía y deciden someterse al tratamiento. Si bien es cierto que el perfil de la gran mayoría de quienes se interesan por estos tratamientos siguen siendo parejas heterosexuales.
El mundo de la fertilidad
Las razones por las que las personas acuden a estas clínicas pueden ser muy variadas. También hay quien va por ejemplo para vitrificar sus óvulos pensando en el futuro. En definitiva hay un aumento, especialmente de mujeres, que recurren a clínicas de fertilidad. En los últimos años el número de personas que acuden a clínicas para fecundación in vitro se ha doblado, y eso que es un procedimiento caro.
Los especialistas creen que estas cifras van a seguir creciendo y más teniendo en cuenta los diferentes modelos de familia que hay en la actualidad, alternativos a la idea de pareja tradicional, como por ejemplo parejas de mujeres o un hombre trans que quiere formar una familia monoparental. Que se haya generalizado tanto hace que haya una mayor oferta de centros de tratamientos de fertilidad. En la actualidad ya no resulta tan costoso como hace algunos años. Para facilitar el objetivo, incluso en algunas Comunidades Autónomas el tratamiento de fertilidad se puede desgravar al hacer la declaración de la renta.
La Organización Mundial de la Salud ha pedido hace poco tiempo avances en financiación y aumentar los recursos para que más personas puedan someterse a tratamientos de fertilidad. Y aunque no es un organismo que tenga potestad para dictar normas en los diferentes países, sus criterios sí que suelen tener mucha influencia. Porque en honor a la verdad, los tratamientos de fertilidad suponen el esfuerzo de afrontar grandes gastos en muchos hogares.
Para que ese esfuerzo económico esté bien invertido vale la pena investigar un poco, comparar y acudir a un centro que tenga muchos años de experiencia demostrable y resultados acreditados. Gracias a estos centros en los que hay verdaderos profesionales, muchos pacientes han cumplido con su sueño de formar una familia.
La esterilidad no hace distinciones
Porque la realidad es que hay un problema general de fertilidad a nivel mundial. Indistintamente de si el problema procede de un hombre o una mujer, de si se tiene mayor o menor poder adquisitivo o del lugar en el que residan. Esto empuja a personas de todas partes a acudir a recibir una atención que sea de calidad y lo más asequible posible para poder cumplir con el sueño de tener un bebé.
Cabe recordar que en España no existe un límite de edad para someterse a tratamientos de fertilidad, así que están abiertos a cualquier persona mayor de edad y con capacidad de obrar.
