¿Lo sabes todo sobre los estilos de crianza?

Dicen que no existe un manual para ser padre, pero lo cierto es que sí que hay patrones. Cada persona es un mundo, y eso se aplica tanto a los hijos como a los padres. Sin embargo, las formas de ser, la educación, el contexto y muchos factores más inciden en cómo los progenitores crían y enseñan a sus retoños. De hecho, se puede llegar a hablar de la existencia de diferentes estilos de crianza.

 

Puede que hayas oído hablar sobre ellos vagamente: son líneas de comportamiento, patrones que al final se plasman en los niños. De hecho, profesionales descubrieron hace ya años que el comportamiento de los niños depende directamente de cómo han sido criados. Aprenden lo que se les enseña, y es por eso por lo que resulta especialmente interesante saber cuáles son los principales estilos de crianza que hay, porque al final son lo que hace que un niño sea de una forma u otra.

 

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¿Cuáles son los principales estilos de crianza?

Para ahondar en esto, debemos dejar claro que lo que vamos a tratar son los estilos de crianza de Diana Baumrind. Esta filósofa y psicóloga estadounidense hizo un seguimiento a más de 100 familias de clase media a partir de los años ‘70, estudiando principalmente patrones de conducta de niños desde preescolar hasta la adolescencia. Así llegó a la conclusión que hemos citado antes, de que la crianza va ligada al comportamiento del infante.

Precisamente, gracias a esos estudios, desarrolló los tres estilos de crianza de la Teoría de Diana Baumrind a los que, años más tarde se sumaría un cuarto estilo detectado y definido por Maccoby y Martin. Gracias a GoStudent, plataforma de aprendizaje digital centrada en educación online y clases particulares (organiza más de 750.000 de estas clases mes a mes), podemos explicaros cuáles son los principales estilos de crianza y cómo son.

 

Estilo negligente

El estilo negligente es el que se observa en los padres que no se implican en el cuidado y crianza de sus hijos, limitándose a cubrir sus necesidades físicas. No hay reciprocidad, no prestan atención, se muestran distantes y, sobre todo, no muestran un comportamiento que pueda servir de ejemplo. Es precisamente el cuarto añadido por Martin y Maccoby, y es especialmente peligroso, porque puede causar un fuerte daño emocional a los niños que afecte negativamente a su desarrollo.

Falta de autoestima debido a la falta de atención, malos resultados escolares, pocas habilidades sociales… Se suele dar cuando la crianza se delega en terceras personas, en ocasiones incluso en los centros escolares. Los niños crecen como si hubieran sido abandonados a nivel emocional, pudiendo desarrollar comportamientos conflictivos y dificultad para cumplir normas.

 

Estilo permisivo

El estilo de crianza permisivo se da en las familias en las que los padres son demasiado tolerantes con sus hijos. Hay mucho cariño y comunicación, pero también faltan límites a la hora de frenar los comportamientos indebidos. De hecho, los padres permisivos se caracterizan por ceder en prácticamente todas las ocasiones a las exigencias de sus retoños.

Es a lo que se hace referencia cuando se habla de los “padres helicóptero”: siempre sobrevuelan a sus niños y están pendientes de satisfacerlos, pero sin saber decir que no. El problema de esto es que los vástagos criados de esta forma pueden ser unos pequeños tiranos muy impulsivos e inmaduros. Son propensos a mostrar conductas erráticas y problemáticas, aunque con buenas habilidades sociales y una enorme capacidad para el diálogo. Están acostumbrados a ello, ya que son sus herramientas para conseguir lo que quieren.

 

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Estilo autoritario

Un estilo que va en dirección completamente contraria al anterior. Aquí los padres muestran un control estricto y severo, imponen reglas que esperan ser cumplidas sin réplica alguna. La comunicación no es mutua y la disciplina y el poder suelen ser severos sobre los hijos. Es habitual en este estilo que haya bastantes amenazas y castigos.

En estos casos, los hijos tienden a tener facilidad para cumplir reglas y obedecer, como también a que no se les tenga en cuenta para tomar decisiones. Por lo general, son más susceptibles a tener problemas de autoestima, no controlar bien su frustración e incluso a sufrir episodios de ansiedad.

 

Estilo democrático

Según Diana Baumrind, el estilo democrático es el idóneo. Los padres tienen un control riguroso sobre sus hijos, pero sin renunciar a las muestras de cariño ni al punto de vista de los niños. Hay límites, pero con sentido, hay comunicación entre ambas partes, hay razonamiento, explicaciones y refuerzo positivo. Los castigos no están presentes.

Y sí, esto suele mostrarse de forma positiva en los niños. Su rendimiento académico es mejor, saben que cumplir objetivos y hacer las cosas bien implica un efecto positivo tanto para ellos como para quienes les rodean. Es algo que, además, refuerza su autoestima según la teoría de esta profesional. Y tú, ¿crees que este es el mejor estilo de crianza infantil?

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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