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Niños con comportamientos tiránicos y pautas para solucionarlo

Cuando hablamos de ser un niño “tirano”, nos referimos a aquellos niños pequeños que, de manera repetitiva, tienden a tener comportamientos agresivos o dominantes con los demás.  También puede ser frecuente que pretendan controlarlo todo, incluso por encima de los adultos, o que tengan actitudes desafiantes, generalmente enfocadas a no cumplir las normas o rebasar los límites. Es decir, que buscan, simplemente, salirse con la suya a cada momento y llamar la atención. Pero, ¿por qué hay niños que se comportan así?

 

Por qué existen niños con comportamientos tiránicos

Existen numerosas razones por las que los niños, a veces, pueden tener comportamientos tiránicos, como por ejemplo la utilización de un estilo educativo en casa de tipo negligente o demasiado permisivo,  falta de afecto y atención, problemas de conducta, ambiente de violencia alrededor, una falta de límites y de normas adecuadas…y un largo etcétera. Pero, ¿qué es lo que puede hacer, a su vez, que los niños no respeten esos límites marcados por sus padres? Veamos algunas causas:

 

 

 

 

 

 

De este modo, y para poder ayudar a los más pequeños a respetar los límites establecidos y evitar así comportamientos tiránicos, lo más importante es ser muy claros a la hora de aplicar las reglas, pero también esas consecuencias que puede acarrear el no cumplirlas, porque si no la autoridad de los padres puede no resultar consistente para los hijos.

Esto, sumado a una atención constante y a grandes cantidades de afecto, comprensión y cariño, ayudará a que los niños que tengan determinados comportamientos tiránicos o conductas complejas puedan ir suavizando su comportamiento, mejorando su equilibrio emocional y desarrollando mejores y más fuertes habilidades sociales, como la de la empatía.

 

Pautas para solucionar el comportamiento tiránico

En definitiva, y como decíamos, lo más importante es ser firmes y no eludir nunca esas consecuencias que tenga, para nosotros como padres, el portarse mal. Al mismo tiempo, debemos también asegurarnos de que los niños entienden las razones por las que portarse mal tiene que tener dichas consecuencias, o que entienden exactamente en qué consisten las normas que se hayan establecido en casa previamente, algo que podremos hacer mejor siguiendo estas pautas:

 

 

 

 

 

 

 

Y sobre todo es importante recordar que, acabar con un comportamiento infantil tiránico, puede llevar tiempo y exigir grandes dosis de paciencia, por lo que los padres deben estar dispuestos en todo momento a hacer lo posible para convertir ese ímpetu y esas emociones negativas del niño en algo más saludable. Pero también es importante saber cuándo puede ser necesaria la ayuda profesional, pues detrás de la tiranía de un niño también puede haber otros problemas graves subyacentes que un psicólogo o terapeuta infantil sabrá identificar mejor, ayudando a la familia a trabajar en conjunto con estrategias mucho más efectivas.