El trastorno específico de lectura es la evolución del concepto que en un tiempo se conoció como “dislexia”. Este tipo de trastorno forma parte de una serie de diagnósticos psiquiátricos que adoptan el nombre de trastornos de aprendizajes específicos, y en él se incluyen afecciones como: dificultades con la lectura, dificultades con la expresión escrita y/o dificultades con las matemáticas.
Pero conozcamos a continuación, con más profundidad, qué es exactamente el concepto del trastorno específico de la lectura.
En qué consiste el trastorno específico de la lectura
Los trastornos específicos se consideran así por cuatro razones esenciales, que son:
- No son atribuibles a ninguna discapacidad intelectual.
- No están vinculados a factores externos como desventajas económicas o medioambientales.
- No están relacionados con trastornos neurológicos o motores.
- Se restringen a una habilidad o dominio académico.
En el caso particular del trastorno de la lectura, se presenta una dificultad persistente en el aprendizaje de habilidades académicas como:
- Lectura de palabras de manera suelta y fluida, además de dificultades para su comprensión.
- Expresión escrita y uso ortográfico adecuado.
- Puede venir acompañado de dificultad en el cálculo aritmético y el razonamiento matemático.
Cómo saber si un niño tiene trastorno específico de la lectura
Este tipo de trastorno se hace presente de forma natural al inicio de la actividad escolar en algunos niños, manifestado por una conducta recurrente de falta de atención y de concentración. Además, estas habilidades son evaluadas y reflejadas en el avance académico de cada estudiante a través de su rendimiento. Así se logra fácilmente detectar e identificar el trastorno para que, con ayuda de los padres, el niño supere este escoyo.
Así mismo, el trastorno específico de la lectura puede variar de nivel, siendo algunas veces leve y otras veces más grave. Se considera un trastorno leve cuando el niño o adolescente no maneja alguno de los dominios académicos, mientras que se considera de un grado más grave cuando el niño no domina ningún aspecto académico y, en consecuencia, necesita atención adicional especializada, individual y dirigida para cumplir con las obligaciones académicas. Para superar estas dificultades se han implementado técnicas que reducen el impacto de este trastorno, y algunas pueden ser incluso estrategias didácticas y divertidas.
Cómo se trata el trastorno específico de la lectura en los niños
El trastorno específico de la lectura en los niños puede identificarse desde el primer contacto con los maestros, pero lo cierto es que a veces a los propios profesores les resulta imposible prestar colaboración de manera dedicada y casi exclusiva a un niño que presente este tipo de trastornos, debido fundamentalmente al gran número de estudiantes que suele haber en las aulas.
A pesar de esto, lo más inmediato que se puede hacer cuando se observe un problema de estas características es hablar con el director o con un orientador escolar para aplicar los correctivos necesarios a cada caso, apoyándose en un primer momento tal vez también de alguna persona que pueda prestar una ayuda más personal al niño para cumplir con las tareas esenciales, como pueda ser un profesional o profesor particular. Existen distintas formas de tratar el trastorno específico de la lectura pero, generalmente, lo más habitual es aplicar una estrategia dividida en dos aspectos básicos:
- Diseño de dos planes
A través primero de un plan de lectura individualizado, el cual consiste en ofrecer la instrucción correspondiente a la definición de las letras, sonidos y la respectiva decodificación de los símbolos. Y en segundo lugar a través de un plan de lectura general que radica en la reducción del grupo en dos partes para revisar el contenido, ajustar ritmos de aprendizaje y dividir las tareas en segmentos más pequeños.
- Capacitación auditiva
La capacitación auditiva se aplica cuando los alumnos no responden de manera adecuada a los planes de lectura. Cuando esto sucede se considera como un trastorno grave que puede ser corregido con la personalización del aprendizaje. La mejor forma de actuar en estos casos es directamente, aplicando estrategias de capacitación por correspondencia entre el sonido y el habla.