“La Luna”, un maravilloso corto de animación para caminar con éxito por la vida

Enseñar a pensar es, probablemente, uno de los mejores regalos que podamos hacer a los niños, porque es una de las herramientas más efectivas para poder desenvolverse en la vida con acierto y con éxito. Porque en ese camino que van iniciando los niños, que es la vida, habrá muchas piedras que no podremos retirar ni siquiera con toda la fuerza de nuestro amor como padres. Y menos mal, porque a veces esas piedras del camino son las que permiten que, tras la caída, podamos volver a levantarnos con más fuerza, listos para enfrentar y resolver cualquier otro problema que se nos presente y que se presentará.

Y esa filosofía del transcurrir por el mundo, con más o menos acierto, pero siempre con esfuerzo, es la que nos presenta un precioso corto de animación infantil llamado “La Luna”, escrito y dirigido por Enrico Casarosa y distribuido por Pixar. En este corto se nos presenta a un niño pequeño que, por primera vez, va a formar parte del trabajo de su familia, que durante generaciones se dedica a barrer las estrellas del cielo. En ese esfuerzo que supone el trabajar arduamente cada día, y transmitirlo así a la siguiente generación, el abuelo y el padre del niño deciden que ha llegado el momento de que el más pequeño de la casa conozca también el oficio, aunque la forma de hacerlo no la compartirán, pues las diferencias generacionales y cómo estas afectan a nuestra manera de pensar es otro de los mensajes que nos deja el corto.

Esas maneras diferentes de querer enseñar y transmitir un trabajo y unos valores, por parte del abuelo y del padre, provocan en el niño una confusión muy grande, conduciéndole al final hacia un camino diferente, que no es otro que el suyo propio. Y es ahí, precisamente, donde el niño conoce la importancia de sobreponerse a los problemas, de saltar esas piedras del camino, procurando resolverlos usando la razón. Pero en este punto el corto nos revela otro asunto muy importante, que es la razón por la que el niño consigue avanzar al margen de los adultos, y es porque la inocencia de los niños permite que vean el mundo con otros ojos completamente diferentes a los de la mayoría de adultos, sorprendiéndose por cada cosa y disfrutando de cada momento de forma pura, sin estereotipos ni creencias infundadas.

la luna pixar

 

La importancia de encontrar nuestro propio camino en la vida

Al final del corto, y junto a una animación llena de belleza y sensibilidad, llegamos a la conclusión de que es importante que todo niño cuente con referentes y con la enseñanza y el amor de los suyos, pero sin dirigir ni forzar el propio camino y futuro de los más pequeños. Desear que los hijos no sufran, o que hagan las cosas bien, no debe conducir a la coartación de la libertad, pues al final (y como decíamos al principio) muchas veces son esos “peligros” o baches los que nos permiten desarrollar nuestras mejores capacidades adaptativas, así como nuestra manera de pensar y de tomar decisiones con acierto.

Ese niño, en definitiva, nos enseña muchas cosas, y una de las más importantes es que, en el fondo, los adultos nunca deberían dejar morir a su “yo niño” y dejar siempre un huequecito en el corazón para Peter Pan, pues así conseguiríamos ver la vida con mucha más alegría y capacidad de sorpresa y de emoción, y los problemas no solo no conseguirían hundirnos, sino que nos permitirían navegar bien seguros en nuestra barca, meciéndonos pero sin llegarnos a tumbar.

Sea como sea, el corto infantil de “La luna” llena de emoción, y es ideal para ver y compartir un ratito de nuestro tiempo en familia, pues todos tenemos mucho que aprender con él. ¡Os dejamos con el corto, no os lo perdáis!

 

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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