Cuando hablamos de pensamiento matemático nos referimos a la capacidad que pueda tener alguien o no de razonar adecuadamente y de resolver problemas relativos a la disciplina matemática, científica, o incluso de la vida cotidiana. Es decir, que se trata de una habilidad de la cognición gracias a la cual podemos identificar elementos, analizar posibles situaciones, entender conceptos o manejar técnicas, buscar soluciones…, etcétera. Pero, ¿cómo se desarrolla dicha habilidad? ¿se puede trabajar?
De forma general, esa capacidad de pensamiento matemático tan importante se va desarrollando desde que somos muy pequeños, algo que podemos comprobar observando a los niños en sus etapas preescolares. Por ejemplo, si un niño que va a empezar a ir al colegio ya comprende, en menor o menos medida, en qué consiste la suma o la resta a través de diversas interacciones o tareas del día a día (como saber cuántos caramelos tienen y cuántos les quedan después de haber comido algunos), podremos comprobar que ya está desarrollando el pensamiento matemático, lo que ocurre así en la mayoría de los niños pequeños.
De esta forma, y casi sin que nos demos cuenta, los niños se van familiarizando con las matemáticas muy pronto porque están presentes en multitud de actividades rutinarias y cotidianas, o incluso en juegos, canciones o entretenimientos de animación. Así, si un niño de entre tres o cinco años es capaz de reconocer números, formas y colores, o de contar sus juguetes o diferentes tipos de objetos, es que ya va asumiendo en su interior el pensamiento matemático, lo que le facilitará mucho la tarea de cara a la educación primaria y posterior.
Ya a partir de los 6 años, los niños entran en una etapa en la que deberán desarrollar la sustracción y la adición o entender los números y calcular y resolver problemas de una manera más formal, aumentando su comprensión de los conceptos y desarrollando su pensamiento matemático hasta niveles cada vez más avanzados y abstractos.
Qué nos ayuda a mejorar el pensamiento matemático
El pensamiento matemático es una habilidad esencial que nos ayuda a mejorar diferentes aspectos relacionados con el aprendizaje, basándose en tres ejes fundamentales:
- Nos ayuda a identificar las partes esenciales de un problema y sus características, incluso aquellos conceptos que se representan de manera abstracta.
- Nos ayuda a establecer afirmaciones y a deducir eficazmente, extrayendo conclusiones y elaborando argumentos gracias al razonamiento lógico.
- Nos ayuda a pensar de una forma cada vez más analítica, descomponiendo las cosas en partes para un abordaje de los problemas más efectivo o relacionando diferentes conceptos entre sí para una comprensión más profunda de las cosas.
Estrategias para desarrollar el pensamiento matemático en niños
Sin embargo, debemos saber que, aunque las matemáticas se encuentren presentes en el día a día, también podemos ayudar a los niños a ir familiarizándose con ellas de forma más directa, fácil y divertida. Fomentar el pensamiento matemático es posible y un camino gradual, y podemos hacerlo en espacios tan diferentes como nuestra propia casa o la escuela, con consejos tan sencillos como los siguientes:
- Observar tamaños y formas. Podemos también ayudarles a observar los tamaños de los objetos en el mundo que les rodea. Por ejemplo, los pantalones que llevan bolsillos grandes, las camisas que llevan botones y contarlos, que su agenda de clase es más pequeña que sus libros…También podemos pedirles a partir de ahí, que piensen en su propio tamaño y el espacio que ocupan en relación a otras cosas de su alrededor.
- Ayudar en la cocina. Los niños pequeños pueden ayudar a llenar, mezclar y verter, y su implicación en la cocina es una de las actividades que más felices puede hacerles. Pensar que pueden ser útiles en el día a día para sus padres es algo que les hace sentirse importantes y fuertes, además del ratito tan extraordinario que pueden pasar. A través de estas actividades los niños aprenden a contar, medir, agregar y estimar.
- Contar y clasificar cosas. Sentarnos un ratito cada día con nuestros hijos para realizar actividades de conteo puede ser una actividad muy productiva. Podemos contar juguetes, diferentes tipos de piezas, botones…contar y clasificar cosas puede ayudarles mucho en el desarrollo del pensamiento matemático y beneficiarles de cara a su futuro escolar.
- Leer y cantar los números. Cantar canciones que riman y hacer actividades de repetición, puede ayudarles a desarrollar y reforzar sus habilidades matemáticas. Las tablas de multiplicar cantadas pueden ser un excelente recurso a aplicar.
- Enseñarles direcciones y teléfonos. A partir de los tres años, aproximadamente, ya podemos ir diciéndoles a los niños dónde viven o algún número de teléfono familiar. Tal vez no lo comprendan al cien por cien, pero podrán ir entendiendo otros aspectos como que cada casa tiene un número y una calle que le corresponde.
- Dar un agradable paseo. Dar un paseo aporta a los niños muchas oportunidades para comparar (cual piedra es más grande); evaluar (el número de hojas secas que vemos); hacer similitudes y notar las diferencias; categorizar (ver si se pueden encontrar algunas hojas rojas)…También se puede hablar de tamaños (mediante la adopción de medidas grandes y pequeñas) o calcular distancias (el parque está cerca de nuestra casa o lejos).
No olvidemos, en cualquier caso, que los ritmos pueden variar entre unos niños y otros y que la adquisición de las habilidades y las destrezas no es un proceso lineal, por lo que tener paciencia y poner en práctica dichas estrategias todas las veces que podamos siempre será un acierto…¡sin agobiar ni presionar!