Se les nombra por primera vez en la Biblia, más concretamente en el capítulo dos, versículos 1 al 12 del Evangelio de San Mateo, donde se cuenta que tres magos, se presupone que eran astrónomos a los que se conocía por magos en la época, viajan desde Oriente a lomos de sus camellos siguiendo a una estrella hasta Belén para adorar al niño Jesús llevándole 3 presentes, uno cada uno, consistentes en oro, incienso y mirra.
Estos sabios se guiaban por las profecías del antiguo testamento en las que se dice que en Belén de Judea iba a nacer el Rey de los Judíos. El rey de Galilea, Herodes, también conocía las profecías y temeroso de que el Mesias que iba a nacer le quitara el trono, le indicó a los sabios el camino hacia Belén a cambio de que le dijeran donde estaba el pequeño rey al regreso de la visita. Los magos no hicieron caso, pues en un sueño tuvieron la revelación de que no debían volver a ver a Herodes y lo evitaron volviendo por otro camino.
El monje benedictino Beda describió a Sus Majestades en el siglo XIV en un manuscrito de la siguiente forma: ‘Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro’. Por estas descripciones dedujo que representaban a Asia, Europa y África respectivamente.
La estrella que les guiaba, ha pasado a la historia como un probable cometa o meteorito luminoso.
La tradición de los Reyes Magos en nuestros días
Sin duda, con el paso del tiempo se han convertido en unos personajes muy queridos por los niños y se conmemora este acontecimiento la noche del cinco de enero y/o la mañana del 6, mayormente en Portugal, España y América Latina. Esa noche los niños dejan sus zapatos y, al día siguiente, si se han portado bien todo el año, reciben juguetes y si no, carbón dulce. También es costumbre dejar a los reyes comida y bebida para que “se repongan” del viaje así como agua a los camellos.
Previamente, los niños escriben una carta pidiendo a Sus Majestades los regalos que desean y les cuentan además como ha sido su año y como se han portado. Además de esto, y por tradición, en todas las ciudades españolas y en sitios tan dispares como México, Polonia o la República Checa se celebra la Cabalgata de Reyes, un desfile en el que Sus Majestades pasean por la ciudad lanzando caramelos a los niños que los esperan.
Por último, destacar el Roscón de Reyes, dulce que no puede faltar en ninguna casa los días previos a la Noche de Reyes. Es una rica rosca decorada con frutas confitadas y que esconde en su interior un haba y un muñeco. La leyenda dice que al que le toca el haba paga el roscón y al que le toca el muñeco tendrá suerte.
Sólo nos queda desear, tras conocer un poco mejor la historia de los Reyes Magos, que ojalá os traigan todo lo que habéis pedido.
¡Feliz Noche de Reyes y feliz año nuevo!
