Todos los niños comienzan la vida como auténticos científicos, llenos de curiosidad y de preguntas sobre el mundo que les rodea. Por eso, padres y maestros de niños de infantil y de primaria, tienen la ocasión ideal para aprovechar ese potencial científico natural en un beneficio tan importante como es el del aprendizaje, y es que además enseñar ciencia a los niños puede ser algo muy divertido si sabemos cómo.
En este sentido existen muchos experimentos con los cuales poder aprender las leyes de la física, de la química y de la biología, y además dichos experimentos pueden ser también excelentes para hacer en alguna época del año concreta, como la Navidad o Halloween. Por eso los experimentos sencillos para niños son un recurso fantástico para que los más pequeños se familiaricen con la ciencia y aprendan de manera divertida, porque nada como esta época de la vida para disfrutar del conocimiento con auténtica curiosidad y entusiasmo.
Beneficios de la ciencia en la infancia
En general, la disciplina de la ciencia cubre a nivel escolar tres áreas principales, que son, las ciencias físicas (las propiedades de los objetos y los materiales), las ciencias de la vida (las características de los organismos y nuestro medio ambiente) y las ciencias de la tierra y del espacio. Los experimentos pueden cubrir muy bien estas tres áreas y ayudar al mismo tiempo a padres y a maestros a guiar a los más pequeños a través de los conceptos básicos de la investigación científica, desarrollando de forma práctica sus habilidades de investigación y experimentación.
Pero, ¿qué más beneficios puede tener la práctica de la ciencia en la infancia?
- Aprender haciendo y jugando
A los niños de pequeños les cuesta entender conceptos abstractos, por lo que tocar y manipular cosas les ayuda a desarrollar una comprensión más concreta de los principios científicos. Por eso las actividades de ciencias en el aula, a menudo están vinculadas a intereses típicos de esas etapas iniciales del mundo escolar, con el fin de mantener a los niños interesados y atentos. Son muchas las actividades que los niños pueden hacer, como experimentar con la fuerza y el movimiento, usar rampas, rodar coches y pelotas de diferentes tamaños y pesos por diferentes tipos de pendientes, usar bloques para cambiar la inclinación de las rampas o aplicar diversos grados de fuerza con la ayuda de pajitas o bombas de aire para mover objetos. No importa la actividad a realizar en sí, sino que como adultos sepamos adaptarla convenientemente al nivel de cada niño.
- Explorar la naturaleza
Los niños también pueden pasar mucho tiempo fuera del aula y que ese tiempo les sirva como aprendizaje científico. Los currículos de ciencias basados en la experimentación al aire libre suelen aprovechar esa curiosidad de los niños sobre el mundo que les rodea para utilizar el aire libre como laboratorio natural. Prueba a hacer que los niños visiten parques y jardines locales, lagos, playas, estanques…porque no solo se puede encontrar un conocimiento del mundo de la ciencia en el laboratorio o en el patio de la escuela, sino que puede hacerse más allá del colegio estudiando, por ejemplo, con lombrices de tierra, árboles y plantas. Para completar la actividad los alumnos pueden hacer recogidas de muestras y llevar determinados insectos u hojas de regreso al aula para observarlos, discutir sobre ellos y crear imágenes o proyectos.
- Practicar y expresar la ciencia
La diversión en el cole no siempre tiene que ir unida a las excursiones o a la hora del recreo, y es importante que tengamos esto claro si queremos que de verdad los niños tengan un elevado nivel de motivación. Y es que, puede que la mejor manera de capacitar a futuros pensadores científicos sea ayudando a los más pequeños a verbalizar lo que han observado durante un experimento o actividad, y eso tiene que hacerse en clase. Cuando los estudiantes se topen con un obstáculo, los buenos profesores de ciencias deben tener cuidado de no proporcionar las respuestas, sino de guiar a los estudiantes a encontrar las respuestas por sí mismos. Ayudar a los estudiantes a transmitir ideas científicas verbalmente es muy importante, ya que la mayoría de los niños pequeños aún no tienen las habilidades motoras finas necesarias para expresar esas ideas por escrito.
Y para que llevar la ciencia al aula resulte todavía más sencillo y divertido, os invitamos a visitar nuestra nueva sección de recursos TIC para el aula de experimentos científicos para niños. Un espacio de ensueño con propuestas para cualquier época del año y nivel que no solo harán que los niños se sientan interesados por el mundo de la ciencia, sino que descubran que aprender puede ser algo muy interesante y divertido aunque a veces no lo parezca.
Animar a los niños a pensar y a practicar la ciencia puede generar múltiples beneficios en su desarrollo, como por ejemplo la emoción de poder experimentar con lo desconocido con vigilancia y seguridad y descubrir cosas nuevas. Cuando los niños experimentan y piensan por sí mismos, es más probable que el aprendizaje se quede con ellos y estén más motivados para intentar resolver problemas nuevamente en el futuro. Al fin y al cabo la vida no es otra cosa que ensayo y error, por lo que familiarizarse con el concepto solo podrá traerles beneficios para su desarrollo y para el resto de sus vidas.