Uno no sabe lo que es un niño que no come bien hasta que le toca. El desánimo nos supera y es muy difícil no tirar la toalla o perder los nervios. Y es que 3 comidas al día discutiendo son capaces de hundir al más fuerte y más teniendo en cuenta la presión social que parece que sentencia: “no sabes cómo hacerlo”
Empecemos aclarando que no todos los niños comen igual y que hasta los que mejor comen pasan por una etapa de no comer tan bien.
Hay trucos para que coman un poquito mejor, pon en práctica los que creas que te van a funcionar y/o personalízalos a tu gusto y el del pequeño. Las ideas son generales siempre porque cada niño es diferente y nosotros conocemos al nuestro mejor que nadie. Aquí van:
Comer con él
Acompañarlo en la comida y que vea como comemos todos lo mismo o parecido, incluso que nos vea comer cosas diferentes para que le de curiosidad probar más adelante, da muy buenos resultados. Puede “poner la mesa” y así además sentirse responsable. Es importante que esté cómodo y llegue a su plato. Si se sienta ya en las sillas ponerle un cojín que lo eleve un poco puede ser buena idea.
Crear un ambiente relajado
Nada de televisión, ni tablets, ni móviles. El momento de comer tiene que ser eso, para comer y charlar tranquilos. Experimentar con la comida, tocarla, olerla, sentirla y practicar con los cubiertos. Como mucho podemos poner una música de fondo tranquila que calme el ambiente. Manteles de colores, platos divertidos y vasos que podemos personalizar con su nombre. Cualquier cosa que le distraiga y le haga sentir feliz bienvenida sea.
Comer algo de cada grupo alimenticio
No hace falta que el niño coma de todas las verduras ni todas las legumbres. Si sólo le gustan las lentejas pues que coma lentejas. Lo importante es que coma algo de cada grupo de alimentos. A veces nos empeñamos en que coma espinacas, brócoli y acelgas, cuando sólo le gusta el brócoli. Tranquilos, si su menú no es muy variado poco a poco lo irá siendo. Es cuestión de paciencia y de que vaya probando más cosas. Ahora nos parece imposible pero el tiempo va pasando y veremos como amplia su menú sin darse cuenta.
Fantasía a la hora de comer
Inventarse historias de una familia de fideos, garbanzos que vuelan, o hacer que abra la boca para oír mejor lo que dice el pescado que tiene en la barriga… La imaginación al poder.
Comprar y cocinar con él
Es bueno llevarlo a hacer la compra habiendo hecho previamente la lista, y luego que termine ayudando en la cocina. Que observe, siempre con mucho cuidado, como se procesa la comida es el mejor estimulante para luego comérsela.
Hacer los menús de la semana
Dependiendo de su edad puede colaborar haciendo los menús de la semana o estar pendiente del menú que colgaremos a su alcance para que sepa que toca hoy o qué va a comer mañana. Como siempre la idea es que el niño participe y se involucre, pues así todo es más fácil, además conocerá los alimentos y podrá entender que hay que llevar una dieta variada en la que hay cabida para todas las comidas: los macarrones, las judías blancas, la tortilla de patatas y el flan, por ejemplo.