4 Razones por las que los niños pueden y deben ayudar en casa

Si nos paramos a pensar, es curioso que esto sea tema de debate, o que haya que dar razones para convencerse de que los niños pueden y deben ayudar en casa. Yo afinaría aún más, no deben “ayudar”, deben colaborar como un miembro más de la familia que son. Y, por supuesto, lo deberían hacer todos, niños y niñas, y lo antes posible.

Cuando crecen les pedimos responsabilidad y respeto, pero si desde pequeños no son conscientes de que viven en comunidad incluso en su casa, ¿cómo van a tener en cuenta a la persona que tienen al lado? En nuestra mano está hacer de nuestros hijos adultos responsables.

He aquí las razones por las cuales es imprescindible que los niños colaboren en las tareas de la casa:

Independencia

Es una forma perfecta para dar libertad a nuestros hijos. Me explico: están aprendiendo a ser autosuficientes, a no necesitar a nadie que les solucione la vida. Si desde pequeños empiezan ordenando la despensa, haciendo la lista de la compra o poniendo la mesa, acabarán siendo adolescentes que pongan una lavadora, frieguen la loza o limpien el baño. Y esto que puede parecer algo sin importancia, les va a resultar más útil en la vida que cualquier fórmula matemática.

Convivencia

Saber vivir con otras personas siendo limpio y ordenado es clave para su futuro. Ya sea que llegue a compartir piso con amigos o con una pareja, ser respetuoso con el espacio común es una llave que le abrirá muchas puertas y le identificará como persona con la que se puede convivir sin problemas.

Dar valor a lo cotidiano

Conocer el valor que tiene que tu entorno más inmediato esté organizado, y que tú sepas cómo hacerlo también, no tiene precio. Inculcarles a nuestros hijos desde pequeños la importancia de que las cosas que les rodean estén dentro de un orden influye en su estabilidad y en su manera de vivir, siendo ésta más relajada y equilibrada.

Organización

Sin querer, la dinámica de las tareas cotidianas aumentará su capacidad de organización en la vida: el saber qué es lo que tienen que hacer ya, lo que pueden postergar, hacer solos o en equipo… A medida que van creciendo, aumentemos las responsabilidades y la toma de decisiones. Por ejemplo, que llegado el momento ellos se encarguen del riego de las plantas, de forma que la salud de las mismas dependa de ellos. Esto es un excelente ejercicio que les servirá para afrontar los restos de su vida adulta.

 

A partir de los dos años y sólo por imitación, el niño quiere hacer lo que tú haces. Aprovecha ese momento para que te ayude y, sobre todo, que empiece a observar cómo se hace todo. Valora su esfuerzo y elogia sus ganas y sus pequeños logros diarios. Ya no hay vuelta atrás, estás contribuyendo a formar un ser humano capaz de sobrevivir por sí mismo y, poniendo un poco humor como dice mi madre, “que si está con alguien sea porque quiere, no porque no sepa freírse un huevo”.

Autor: Carolina Cuello

Escribo desde siempre, por trabajo y por placer. Creo que la palabra escrita puede cambiar el interior de las personas y es en lo que pienso cuando redacto un nuevo artículo. Más información

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1 Comentario

  1. los felicito son buenos artículos, me están ayudando bastante en la crianza delo niños

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