Sin duda, uno de los mayores miedos que puede tener un padre es el hecho de que sus hijos puedan perderse. Para esto es vital que eduquemos a nuestros peques en el sentido de la orientación, de la seguridad y de la responsabilidad, entre otros, pero ni la mejor educación del mundo puede librarnos en ocasiones de situaciones tan desagradables en la vida como perder de vista sin querer a nuestro hijo o que se pierda y aleje de nosotros por cualquier circunstancia.
Ojalá que ningún padre tuviera que pasar por el desasosiego de esta experiencia, pero siempre es bueno prevenir y dotar a nuestros hijos de recursos prácticos que podrían aplicar en caso de que esto ocurriera.
Reglas que aplicar para la seguridad de tus hijos
- Aprenderse su nombre y apellidos correctamente, así como el de sus padres, el teléfono de los mismos y su dirección.
- Aprenderse de memoria números de emergencia, como el 112 o el correspondiente a tu país.
- Si tu hijo/a se desorienta debe procurar permanecer en ese lugar y no asustarse y correr hacia otro lado. De este modo te será más fácil desandar tus propios pasos para encontrarle.
- Infórmale sobre los profesionales de la seguridad urbana, como los policías, así como sobre profesionales de lugares comunes y seguros, como por ejemplo las bibliotecas. En caso de perderse, tu hijo/a sabrá a quien dirigirse con confianza para pedir ayuda.
- En lugares abiertos, debe ir siempre de la mano contigo o con personas de su entorno familiar.
- Señálale siempre puntos de encuentro en sitios grandes a los que poder acudir en caso de pérdida.
- Elabora una tarjeta con la información de contacto necesaria y plastifícala para que pueda guardarla en su mochila o en un bolsillo.
- Si tu hijo/a padece de alergias o sufre alguna enfermedad grave, señálalo en la tarjeta identificativa.
- Si vais a salir por sitios grandes y/o concurridos, viste a tu hijo/a de forma característica o con colores que sean fáciles de identificar.
- Enseña a tu hijo/a a no tener vergüenza de gritar en público en caso de que sea necesario para llamarte o para llamar la atención de otros adultos en caso de peligro.