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Ideas para no educar a los niños con amenazas

Muchos padres recurren a las amenazas como último recurso cuando no saben qué más hacer en situaciones difíciles, como por ejemplo, diciendo cosas como: “Si no limpias tu habitación ahora mismo puedes olvidarte de salir este fin de semana”. Pero a menudo este tipo de amenazas están vacías de contenido, lo que hace que el nivel de credibilidad hacia los padres descienda considerablemente por parte de los niños, y terminen al mismo tiempo convirtiéndose en amenazas que afectan a toda la familia, como es sacrificar el tiempo juntos de ocio y de calidad.

Lanzar amenazas que no podemos o no deseamos cumplir de verdad es algo común cuando se actúa bajo el control de la ira y del enfado. De hecho, muchas veces dichas amenazas o castigos no tienen que ver nada con el comportamiento al ser fruto del “actuar en caliente”, y por ello terminan no tomándose en serio. Por eso, cuando declaremos que vamos a llevar a cabo una penalización o consecuencia, es mejor que nos aseguremos de que sea algo que podamos cumplir de verdad.

 

 

Por otro lado, es bueno tener presente que este tipo de amenazas no fomentan la cooperación de los más pequeños, y lo que es peor, a veces incrementan el nivel de desafío. Es decir, que en lugar de actuar como un elemento disuasorio para el comportamiento inapropiado, el niño puede escuchar la amenaza como un desafío provocando aún más para ver si se cumple finalmente o no. Además, recurrir a cosas como no leer un cuento, no ir al parque o no cenar, son medidas coercitivas que no van a beneficiar en absoluto la educación de un niño, por lo que jamás deberían entrar en el juego de las amenazas ni de los castigos.

 

Frases y trucos efectivos para acabar con las amenazas

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Recuerda que una amenaza irracional, o una que está fuera de proporción con respecto a lo que haya ocurrido, no enseña nada a los niños sobre las consecuencias realistas de sus comportamientos. En lugar de usar palabras como “si” o “si no”, intenta probar con otras tipo “tan pronto como” o “cuándo”, ya que estas palabras te ayudarán a mantenerte racional y positivo y no castigador, además son más fáciles de seguir.

Por ejemplo: “Tan pronto como guardes tus juguetes podremos tomar un helado” o “Cuando hayas colgado la chaqueta podremos jugar a un juego”. Esto, sumado a los ejemplos anteriores, puede ser de mucha utilidad para dejar a un lado las amenazas severas o vacías de contenido y cambiarlas por algo mucho más didáctico y efectivo.

¡El cambio está en nuestra mano!