Hijos únicos, tan especiales como los demás

El ritmo tan acelerado que solemos llevar en la vida, sumado a las dificultades económicas que impiden a la gente joven independizarse con prontitud, hace que los ritmos de la estabilidad de las parejas y de la maternidad lleguen cada vez más tarde. Todos estos inconvenientes provocan que la radiografía de las familias se vaya modificando cada vez más, con respecto a épocas pasadas, y que tener tan solo un hijo/a vaya siendo lo más habitual.

En los últimos años se ha notado una tendencia en las parejas que deciden tener familia, que ha modificado la estructura que estamos acostumbrados a ver. Esta tendencia está relacionada con el hecho de que padres y madres toman la decisión de tener un solo hijo/a, incluso antes de comenzar a tener descendencia. Es decir, que se toma la decisión de forma consciente y meditada, a sabiendas muchas veces de las dificultades por las que pasa nuestra sociedad a diferentes niveles, como el político o el económico.

En consecuencia, tal vez deberíamos revisar determinados conceptos y asociaciones que en el pasado se hacían entorno a los hijos únicos, como la idea de que son hijos peor educados, con tendencia al egoísmo, caracteres poco empáticos y sociables…etc.

 

Ventajas y desventajas de ser hijo único

Ventajas más destacadas

Es cierto que, cuando un niño no tiene hermanos, se enfrenta a un panorama familiar completamente diferente al de aquellas familias con más de un hijo. Al no tener que compartir la vida con otros, un niño que sea hijo único disfrutará de toda la atención y de todos los cuidados de sus padres por entero pero, lejos de ser algo negativo, este tipo de exclusividad aporta mucha seguridad a los más pequeños y les empodera para desarrollar una alta autoestima en la vida. Al mismo tiempo también otorga seguridad a los progenitores, que pueden centrar todos sus esfuerzos y recursos en una única persona, sin divisiones.

Esto hace que los hijos únicos puedan destacar con facilidad en ámbitos como el del estudio y la educación, pues al centrarse todos los recursos económicos en ellos, no tendrán que renunciar a cosas que les interesen tanto como si dichos recursos hubieran de dividirse entre más de uno, ni los padres tendrán que triplicar esfuerzos en ese sentido.

Por lo general, los hijos únicos suelen resultar ser buenos estudiantes con calificaciones muy superiores al promedio, aunque esto estará siempre relacionado con la estimulación que les proporcionen los padres. Que haya menos niños significa también que habrá más silencio, más posibilidades de lograr la concentración a la hora de trabajar, y más espacio del que poder disfrutar con tranquilidad. Además, los hijos únicos suelen ser más responsables con las tareas que se les asignan, pues no necesitan disputar por ellas ni por captar la atención a posteriori de sus padres.

Que los niños puedan crecer disfrutando y aprendiendo de la soledad, es muy importante para estimular la imaginación, la creatividad…para desarrollar aficiones como la lectura, o para crecer y madurar a nivel emocional.

Desventajas más destacadas

Sin embargo, esto no quiere decir que todo sea positivo, y el hecho de que estos niños crezcan rodeados de más soledad que los niños que comparten el tiempo con sus hermanos, hace que puedan desarrollar peor su capacidad de compartir, de disfrutar del tiempo con otras personas, o de hacer amistades y de socializar.

En este sentido será muy importante que los padres establezcan relaciones frecuentes y consolidadas con otros familiares, como los primos, o con amistades que tengan niños en edad similar, pues será fundamental para que no crezcan con la idea de que todo es suyo y les pertenece, o con la sensación de que no pueden compartir nada ni consolarse con nadie.

Por otro lado, los hijos únicos también tendrán que asimilar muchas más responsabilidades con respecto a sus propios padres con el tiempo, y deberán hacer frente a las exigencias que éstos viertan sobre ellos. Que esto sea positivo o negativo a la larga, dependerá fundamentalmente de los padres, que deberán disfrutar de la crianza de su hijo único al igual que cualquier otro padre o madre, sin mayores ni menores condiciones.

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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