Tener una actitud positiva no es ser idealista, al contrario, es ser realista y comprender que ante los obstáculos es necesario encontrar la motivación suficiente para saltarlos. El espíritu positivo se puede inculcar y es la mejor herramienta que le podemos dejar a los niños para afrontar la vida. Padres y maestros son los llamados a desarrollar el espíritu positivo en la infancia, así que veamos cómo pueden hacerlo.
La actitud positiva de los padres, familiares y maestros
Los niños aprenden con el ejemplo y por imitación, así que las personas que más tiempo pasen con los niños serán sus maestros en este tema del positivismo. Los padres deben preocuparse por su estilo de vida, su forma de afrontar las adversidades, su humor ante las frustraciones y desgracias…, pues es a lo que el niño prestará más atención. Si gran parte del día los niños se quedan con abuelos, tíos o maestros, será necesario reflexionar sobre la actitud que tienen ante aspectos tan importantes como la creatividad, los errores o los problemas. Hablar con los niños sobre actitudes erradas de los adultos que les rodean hará también que reflexionen sin juzgarlos.
El autoconocimiento para inspirar el espíritu positivo
Tener un espíritu positivo significa sentirse feliz a pesar de… cualquier cosa. Es tener la esperanza de que todo lo malo pasa, de que el sol siempre sale para todos, de que la desgracia también es un gran maestro, de que los problemas son más bien oportunidades para auto-conocerse. Es necesario inspirar o motivar a los niños a que se conozcan, a que se vean ante las frustraciones, a que aprendan a llamar a cada emoción por su nombre, a que no se sientan mal por sus propios sentimientos. Es necesario darles herramientas para que reconozcan sus sentimientos cuando aparezcan, los respeten y aprendan a gestionarlos para su propia productividad.
Personas e imágenes de motivación que inspiran
Tal vez tu hijo/a tenga ídolos de los cuales se puedan extraer grandes historias de superación. Fíjate en las historias de vida de estas personas o personajes y muéstraselas a tus hijos. Es una buena idea el investigar sobre las historias de vida de dichos personajes, ya que los niños suelen aprender mucho de las personas que admiran, y si éstas tienen grandes historias de superación mucho mejor.
El buen humor ante la adversidad
Enseña a tu hijo a reírse de sí mismo cuando se equivoque, no seas duro con él ante los errores. La sonrisa y el buen humor liberan endorfinas y ésta es una medicina natural excelente para el dolor. La endorfina relaja y ahuyenta los pensamientos negativos dejando el espacio necesario para el buen humor y los pensamientos positivos. Formula un chiste o bromas alrededor de sus errores, pero… ¡con mucho cuidado!, ya que no se trata de generar una burla delante de los compañeros, amigos o familiares, sino de que el niño mire con otros ojos sus propios errores y aprenda a ponerle a la vida siempre una gran sonrisa.