3 Razones por las que es importante decir “gracias”
Muchas veces no se le da el valor que merece el hecho de dar las “gracias,” los “buenos días” y el pedir las cosas “por favor”. Y ese realmente es el gran secreto de una sana convivencia.
Es nuestro deber enseñar a los niños desde pequeños a tener educación con las personas que les rodean, porque de ello depende que se conviertan en seres humanos educados y respetuosos, que contribuirán sin saberlo a cimentar una sociedad mejor.
Las 3 razones por las que el niño se beneficia de ser agradecido son estas:
1. Conecta mejor con el mundo
Cuando de las gracias a otro niño o a un familiar, se encontrará inevitablemente con una sonrisa de agradecimiento y ese es el inicio de un círculo de buenas sensaciones que va a continuar rodando en cada interacción posterior. El niño sin ser consciente, entiende que tiene la clave para recibir afecto y empatía y para hacer sentir mejor a las personas que le rodean, y esa clave es simplemente ser agradecido.
2.Aprende a valorar
Cuando damos las gracias damos valor al esfuerzo que alguien está haciendo por nosotros por pequeño que sea. Y eso nos hace mejores personas, más humanas y conscientes de que al igual que los demás hacen cosas por nosotros, también nosotros las debemos hacer por ellos y como recompensa nos sentiremos satisfechos y en paz con nosotros mismos. Se crea una dinámica de generosidad que será positiva para todos. Desde el punto de vista de un niño, esta enseñanza se vive con felicidad, y seguro querrá repetir esa sensación tan placentera de dar y recibir sin un por qué.
3. Respetará para que le respeten
No hay persona a la que no se le deba dar las gracias. A veces la misma familia le dice al niño que no hay por qué darlas, dando por hecho que por ser miembros de la familia no hace falta. Esto no es así. El niño debe aprender que a cualquier persona se le debe agradecer el favor recibido, ya sea del grupo familiar, amigo, conocido o desconocido. A eso se le llama respeto y lo merecen todas, absolutamente todas las personas. No importa las veces que demos las gracias, cuantas más mejor. En la educación no hay límites, al contrario. Y en el respeto menos: “respeta para que te respeten”. Esta puede ser una buena frase para enseñar al niño desde muy pequeño. Pues aunque nos parezca que aún no entienden bien las cosas, sí están preparados para entender el lenguaje del corazón, y ese justamente es el de la empatía y el amor. Y es que al fin y al cabo… ¿qué es el respeto sino empatía y amor?
En definitiva, aunque no hablen bien, te sorprenderá lo bien que dicen “gracias” y “por favor” si les enseñas y además te oyen a ti siempre. La recompensa es que generen felicidad para ellos y de paso para los demás.