La técnica del bolígrafo verde

Todavía tenemos mucho que aprender en materia de educación. De hecho, aunque hablamos de reforzamiento positivo y de premiar el esfuerzo, lo cierto es que en muchos colegios aún quedan muchas cosas por hacer. Afortunadamente, también existen muchos maestros que adoptan nuevos métodos educativos y que realmente se preocupan por premiar los resultados positivos de sus estudiantes, y uno de ellos es el conocido como “técnica del bolígrafo verde” en los sistemas de corrección de pruebas, ejercicios y exámenes.

 

¿En qué consiste este método?

La idea es muy sencilla: el profesor debe cambiar su típico bolígrafo de color rojo para realizar las correcciones, centrándose únicamente en lo que está mal, por otro de color de verde resaltando lo que está bien. Este cambio hace que la mente del niño refuerce sus conocimientos de una manera positiva, centrando su atención en lo que ha hecho bien y en cómo puede corregir los errores que ha cometido a la hora de realizar sus ejercicios o tareas escolares. Además, de forma psicológica, el niño se siente así mucho más motivado para conseguir su objetivo y realizar y corregir todos los fallos que haya podido cometer.

Básicamente, este método consiste en cambiar el clásico bolígrafo rojo que normalmente se utiliza para marcar los errores, por un bolígrafo verde que resalte las grafías bien hechas. Desde el punto de vista psicológico, se trata de un cambio enorme en la forma de concebir la educación, pues implica un reforzamiento positivo y no un castigo por lo mal hecho.

Marcar en rojo los errores solo sirve para que los niños centren su atención en lo que han hecho mal y, en cambio, marcar en verde los aciertos hará que los pequeños se fijen en lo positivo y lo retengan mejor en su memoria. De esta forma los niños no solo se sentirán más motivados, sino que también evitaremos que desarrollen el miedo al fracaso. De hecho, al cambiar el foco de atención, los estudiantes no se esfuerzan tanto en evitar los errores, sino en repetir o mejorar lo que han hecho bien y buscar cómo seguir mejorando y aprendiendo.

A largo plazo ese pequeño cambio puede tener grandes repercusiones en nuestra vida, ya que nos enseña a centrarnos en lo positivo, a pesar de las cosas negativas; una actitud que la mayoría de las personas no han aprendido a desarrollar.

 

El color de la tinta sigue siendo objeto de debate

Este método, aunque tiene buenas intenciones, sigue siendo objeto de debate. Hace poco tiempo, profesores del Reino Unido calificaron de ridículo el sistema de marcado que les obliga a usar una tinta de color rosa para los comentarios negativos al considerarla “menos agresiva” que la tinta roja. En cambio, en otros lugares sí que se apuesta por este nuevo color al considerar que el rosa es un color más delicado que puede permitir que los niños no perciban sus errores tanto como un horrible fracaso.

En otros casos, como en algunos colegios, se ha ido un paso más allá y se están aplicando lo que se conoce como “marcadores arcoíris”, que implican usar hasta seis colores diferentes en la corrección.

Y tú, ¿qué opinas sobre el debate de la tinta en las correcciones?

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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1 Comentario

  1. En qué quedamos? Los colores son importantes o no lo son? Hacemos campañas para no identificar a las niñas con rosa y los niños con azul/celeste, pero le atribuimos “poderes” al rojo y el verde. El uso del color son convenciones. Y lo que hay que modificar es la percepción del error como fracaso. He visto cientos de veces que los chicos que aprenden de sus errores fijan mucho más el conocimiento. El error es PARTE del proceso, es haber propuesto una solución que no resultó como pensaba, pero que me puede dar pistas para la solución que SÍ funciona

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