Niños que TRABAJAN más de 12 horas al día entre clases y deberes

Según Mar Romera, presidenta de la Asociación Pedagógica Francesco Tonucci y experta en psicopedagogía e inteligencia emocional, es imposible que se llegue nunca a grandes acuerdos y pactos por la educación si no somos conscientes de que en dichos cambios deben ser los niños los verdaderos protagonistas. Los adultos tendemos a pensar en los niños también como futuros adultos, lo que hace que no se les tenga en cuenta en su tiempo presente a la hora de las grandes decisiones.

¿Cómo querrían los niños hacer o ver las cosas? No se trata de que ellos terminen organizando los aspectos que rijan su vida diaria, sino que su forma de ver y de entender el mundo se tenga muy en cuenta a la hora de hacerlo. Y un gran ejemplo de que esto no ocurre así son los extenuantes horarios que los niños tienen en su jornada escolar, de más de 10 y 12 horas diarias de trabajo continuado.

 

horas cole niños

 

Muchos colegios abren sus puertas antes de las 8 de la mañana y las cierran a las 8 de la tarde o más allá. Las jornadas de trabajo de los adultos y la implicación cada vez más activa de las mujeres al mercado laboral han hecho que los horarios de los colegios se tripliquen con respecto a épocas pasadas, y esto es algo que no se hace claramente pensando en los niños ni en su bien.

Es evidente que la conciliación familiar es necesaria, pero las medidas que se han ido implementando hasta ahora no están encaminadas a mejorar la vida de todos, incluida la de los más pequeños, sino más bien a compaginar las maratonianas jornadas de las oficinas de los padres con el horario de entrada y salida escolar, aunque ello suponga añadir un número ingente de clases y de actividades extraescolares al horario diario de un niño.

 

 

Los niños tienen jornadas más largas que muchos adultos

Este tipo de conciliación familiar que se nos vende conduce a los niños a experimentar unas jornadas de trabajo de alrededor de 12 horas diarias, algo que se considera abusivo incluso para los adultos. ¿Pensamos en ellos entonces cuando se habla de educación y de mejoras en torno a ella?

Podríamos decir que los niños pequeños, aunque tengan que permanecer tanto tiempo en los colegios, se dedican la mayor parte del tiempo a jugar, lo que no requiere esfuerzo para ellos. Sin embargo, y como nos recuerda también Mar Romera, este juego no suele ser un juego libre, sino que casi siempre está dirigido, planeado, con determinadas normas a seguir…etc. Los niños necesitan libertad, poder jugar en sus horas libres en un parque con sus amigos y socializar, o incluso permanecer tranquilos y relajados en su casa junto a sus papás, sin necesidad de más. Los niños necesitan desconectar como lo necesitamos los adultos, y una jornada tan larga en un mismo recinto nunca podrá ofrecer esas necesidades de relax y de libertad.

 

niños libertad

 

Los niños tienen una capacidad extraordinaria para adaptarse a casi cualquier circunstancia que se les presente sin mayores problemas, pero nuestro tiempo, con todos sus avances y su modernidad, parece alejar cada vez más a los niños de las cosas más sencillas y esenciales de la vida, como el poder explorar, descubrir e imaginar cosas. Se fomenta más la informática o la robótica que los juegos en grupo, la escalada, el contacto con los animales o el senderismo. Se restringe cada vez más la capacidad de la experiencia, del caerse y aprender a levantarse y a volver a empezar. Se diseña el sistema educativo pensando más en el futuro que tendrán esos niños como adultos que en sus necesidades de crecimiento presentes…y no solo pagan las consecuencias ellos, sino toda la sociedad.

Cualquier persona que tenga que estar atada a un mismo lugar durante tanto tiempo estará deseando escapar, y no trabajará con la motivación suficiente como para disfrutar del trabajo realizado o para sacar algo positivo de ello. ¿Esperamos entonces que los niños sí que aprendan con gusto y buen grado, cansados hasta la extenuación? Sin duda queda mucho por hacer en torno a una verdadera conciliación familiar, con reducción de jornadas laborales o mayores permisos parentales, pero queda también mucho por recorrer hasta llegar a un panorama educativo justo y enfocado en una infancia de verdad.

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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