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Guía para aprender a interpretar textos académicos

Enfrentarse a un texto no siempre es fácil. Debemos saber si es un texto riguroso, de qué tipo, qué es lo que quiere decirnos…Y la cantidad de información a la que hay que enfrentarse hoy en día, con el auge de internet y de las nuevas tecnologías, es mucho más ingente que antaño, por lo que es más importante que nunca que los estudiantes aprendan a discriminar y a interpretar correctamente la información que manejen.

 

 

En este sentido, el doctor Daniel Cassany, Licenciado en Filología Catalana y Didáctica de la Lengua y profesor en la Universitad Pompeu Fabra de Barcelona, afirma que no tener las competencias básicas para leer y extraer la información es una nueva forma de analfabetismo, por lo que debemos dotarnos de todas las herramientas y pautas necesarias existentes para que esto no sea un problema y las nuevas tecnologías, así como los libros de siempre, sean bien utilizadas y sirvan para un provechoso aprendizaje.

Por eso al hilo de todo esto, a continuación, reflexionaremos sobre las propuestas de Cassany así como sobre cuáles son las herramientas de las que disponemos a la hora de enfrentarnos a un texto y a la información.

 

Pasos para aprender a interpretar textos

 

En primer lugar es necesario que, como padres y maestros, enseñemos que todo texto escrito tiene un trasfondo de interés que persigue su propio autor. Cualquier texto está cargado de un grado de veracidad parcial, pues la verdad absoluta no existe. La verdad parcial, en concreto, se construye sobre las experiencias y creencias de quien lo transmite. Por esta razón, quien lee un texto, debe valorarlo críticamente para entender el pensamiento y el entorno de su autor. Pero, ¿cómo lo hacemos? Algunas preguntas básicas que debe hacerse todo lector al tratar de interpretar un texto son, ¿quién es el autor?, ¿qué pretende el autor con su texto?

 

Algunas personas son investigadoras activas de los temas que tratan, y esto es fácil saberlo por su trayectoria profesional, sus libros publicados, etc. Este tipo de personas suelen hacer también conferencias, entrevistas o afirmaciones basadas en hechos o en determinadas investigaciones, y se apoyan en conceptos de otros investigadores que son citados e interpretados por el autor con datos y fuentes de renombre.  En este mismo sentido, para saber que un texto no es de investigación, sino de divulgación, podemos fijarnos en la trayectoria profesional (si se conoce o no), si el trabajo se basa en el de otros autores o figuras conocidas, si se presentan fuentes de los datos que se aportan…Cuando la respuesta a estas preguntas sea no, es posible que sean textos de opinión personal o consejos, que no querrá decir que sean malos necesariamente, sino que no tendrán un carácter formal o científico.

 

 

Lo que no se dice en el texto también es información. Los escritores hábiles, así como los escritos comerciales, pueden sentirse tentados a la hora de dar a conocer solo lo que se quiere decir a favor o en contra de una temática. Pero aquello que genera controversia a la finalidad de un texto, también puede esconderse. Por lo tanto, la tarea de un lector crítico es tratar de entender lo que no se ha dicho y, en todo caso, buscar la opinión contraria a lo que se afirma en el texto leído para hacer una propia interpretación del tema.

 

Interpretar un texto no significa estar de acuerdo con su autor. Interpretar un texto es extraer la información completa que el autor busca transmitir, y esto es algo muy importante en grados de secundaria especialmente, y sobre todo cuando se trata de enfrentarse a artículos históricos y/o académicos. Una vez que se extrae esa información le toca al lector hacerse ciertas preguntas así mismo: ¿se está de acuerdo con el autor?, ¿gusta la forma del autor al expresarse sobre el tema?, ¿cómo se podría explicar mejor lo dicho?, ¿en qué puntos hay discrepancias con el autor?

Si después de estos consejos sigues teniendo dudas, prueba a leer con naturalidad y con respeto a todos los autores de textos que veas, como lo haces cuando conversas con un buen amigo que te encuentras o hace mucho que no ves. Pero no olvides pasar el “filtro de la interpretación”, ya que es necesario comprender bien lo que se lee y lo que se escribe antes de grabar, transmitir o absorber el contenido.