Cómo implementar el aprendizaje social y emocional en tu escuela

Todas las escuelas del mundo deben abordar, en un momento u otro, el desarrollo socioemocional y de carácter de los estudiantes que pasan por sus puertas. Y es que es imposible reunir a adultos y niños por largos períodos de tiempo y no influir en las habilidades de los niños y en el tipo de personas en que se convertirán al usar esas habilidades.

Estos procesos, durante muchos años, han sido informales y al azar, y es que no es una novedad el hecho de que para muchas escuelas los programas de aprendizaje social y emocional están desconectados y descoordinados, lo que puede asociarse con los efectos negativos y con la fragmentación en la moral del personal así como en la participación y en el aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, lo ideal es que el aprendizaje social y emocional sea integral, coordinado y vinculado a los programas académicos, con ayuda de padres, profesores y con la participación de otros miembros de la comunidad educativa.

 

 

comunidad educativa

 

 

Realizar así las programaciones ayuda a que los estudiantes entiendan que necesitan competencias académicas al igual que sociales y emocionales para lograr metas valiosas en la vida y para esforzarse por ser personas de buen carácter y mejor salud. En consecuencia, los educadores de aquellas escuelas que ya entienden que aunar lo académico con lo social y emocional es necesario para que los estudiantes desarrollen sus habilidades, no solo coordinan lo que sucede dentro de esa escuela, sino que también logran conectar con los esfuerzos de otras escuelas y/o de los padres después de clase con programas y actividades comunitarias.

 

Cinco habilidades y competencias del aprendizaje social y emocional en el aula

 

  • Conciencia de sí mismo: reconocer y etiquetar los sentimientos y evaluar con precisión las fortalezas y limitaciones.
  • Autogestión: regular las emociones, manejar el estrés, motivarse a uno mismo y establecer y trabajar para alcanzar los objetivos.
  • Conciencia social: mostrar empatía, tomar las perspectivas de otros y reconocer y movilizar apoyos diversos y disponibles.
  • Habilidades de relación: comunicación clara, escucha precisa, cooperación, resolución no violenta y constructiva de conflictos, y saber cuándo y cómo ser un buen jugador de equipo y un líder.
  • Toma de decisiones responsable: tomar decisiones éticas basadas en la consideración de sentimientos, metas, alternativas y resultados, y planear y poner en práctica soluciones con posibles obstáculos anticipados.

 

Para apoyar este tipo de aprendizaje en tu escuela puedes comenzar con una serie de actividades interrelacionadas, que quedarán mejor organizadas dentro de los ciclos de planificación. No hay un plan para el orden en el que deben llevarse a cabo estas actividades, por lo que no hay que preocuparse. Factores tales como la historia y el estado actual de la programación, el conocimiento del personal sobre el tema, el clima escolar o los factores sociodemográficos determinarán el momento y la secuencia de estas actividades.

 

 

Actividades para implementar el aprendizaje social y emocional

 

  • Construir una infraestructura escolar

La construcción de una infraestructura apropiada en la escuela puede comenzar con la creación de un comité o equipo que tenga la responsabilidad de implementar estas acciones y actividades más relacionadas con lo social y lo emocional a largo plazo. Este comité debe comenzar con objetivos alcanzables, utilizando ciclos de planificación que identifiquen un objetivo principal y un plan de acción para lograrlo, en períodos sucesivos de unas ocho semanas en las cuales estructurar las actividades, mantener los esfuerzos enfocados y promover la responsabilidad. La consolidación de infraestructuras también puede ser muy útil.

 

  • Evaluar la buena coordinación entre programas

La educación existe en un entorno que a menudo se caracteriza por agregar nuevos programas e iniciativas sin articulación explícita con lo que ya existe previamente. Los maestros y demás educadores a menudo experimentan frustración con los cambios de programación “diarios”, que rara vez se alinean de forma plena con los objetivos generales de las escuelas. En última instancia, para conseguir esa necesaria coordinación debe haber armonía entre los programas y los enfoques que se utilicen en la escuela utilizando lo social y emocional como el pegamento integrador.

 

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  • Evaluar la cultura y el clima de la escuela

Existen una variedad de herramientas que se pueden usar para evaluar la cultura y el clima de una escuela, como por ejemplo tener en cuenta la perspectiva de los estudiantes, del personal o de los propios padres. Estos sistemas pueden incluir encuestas, recorridos o análisis de situaciones e inquietudes. Los informes generados a partir de la evaluación de la cultura y el clima se pueden compartir con los máximos responsables escolares u otros miembros del personal y a través de ellos se pueden establecer las prioridades necesarias para abordar las deficiencias de las escuelas. Los datos deben presentarse por grupos, edades y niveles de grado dentro de la escuela, así como por la posición del personal que participe. Gracias a esta dinámica se pueden descubrir las percepciones diferenciales existentes en una escuela y fundamentales para implementar el aprendizaje social y emocional en las aulas con éxito.

 

 

Autor: Almudena Orellana

Cofundadora del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, escritora creativa y redactora jefe. Leer más

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