Después de un día entre semana largo y pesado, se espera de los niños que estén cansados, pero lo cierto es que también lo están los adultos y esto hace que muchas veces, como padres, se renuncie a realizar tareas que pueden ser vitales para el desarrollo de nuestros hijos. Leer antes de que los peques se vayan a la cama es un ejemplo de ello. El cansancio de los progenitores conlleva que, muchas veces, se le entregue el móvil al niño un rato para ver dibujos antes de irse a la cama, o se le deje ver un rato la televisión. Sin embargo esto, siendo realistas, responde más a ese cansancio que a la prominencia de las tecnologías en los nuevos tiempos.
No deberíamos olvidarnos de lo importante que es compartir tiempo de calidad en familia, y la lectura es un recurso muy importante que puede ayudar a desarrollar y reforzar nuestros lazos familiares. Terminadas las obligaciones y ataduras del día, queda a la hora de irse a dormir ese ratito tan mágico y especial que proporciona leer un cuento al calor de la mantita en la cama bajo la luz tenue de la lámpara del cuarto. Un ambiente cálido y único que propicia ese encuentro entre padres e hijos: no importa cómo lo hayamos pasado durante el día, porque ese momento mágico no os lo puede robar nadie, ni nadie puede ni debe interferir en él.
Los niños rápidamente se dan cuenta de lo importante que es ese tiempo que papá y/o mamá les dedica al final del día, y por muy ocupados que estéis sabrá que compartir el tiempo en familia es lo más valioso del mundo. Una sensación inigualable que proporcionará tranquilidad y sosiego al niño, reduciendo el posible estrés que haya acumulado durante el día. Esta maravillosa rutina también servirá para que el niño o niña en cuestión comprenda que hay tiempo para todo y que es importante distribuir eficazmente nuestro tiempo para que esto pueda ser posible y no tengamos que dejar de lado las cosas más bonitas de la vida.
A todo esto el ambiente (la luz, el silencio de la habitación, el cuento a media voz…) contribuirá con el sosiego necesario para que el niño pueda conciliar el sueño con facilidad, eliminando todo posible nerviosismo o estado de ansiedad.
LOS CUENTOS FAVORECEN LA IMAGINACIÓN
Los cuentos, gracias a sus diferentes temáticas, a sus personajes y a las aventuras que nos relatan, sirven para que los niños estimulen y den rienda suelta a su imaginación (con respecto a la estética de los personajes, al ambiente que les rodea…), llegando, incluso, a sentirse identificados con los personajes y a comprender mejor sus propios problemas. De este modo, propiciaremos también que el sueño del niño sea mucho más enriquecedor y plácido.
Este nivel de relajación que se experimenta al soñar con mundos lejanos y/o imposibles, hace que se reduzca el nivel de agotamiento físico y mental de los más pequeños, evitando situaciones diarias incómodas que se derivan casi siempre del estrés y de un sueño poco reparador, como las rabietas.
Y por si todo esto fuera poco, leer cada noche hace que los niños vayan adquiriendo poquito a poco cada vez más vocabulario y domino de su idioma, que irán asimilando sin darse cuenta de forma divertida y relajante incluso mientras duermen.
En definitiva, leer un cuento cada noche antes de ir a dormir es una terapia tan positiva y sana que no debería desterrarse nunca pase el tiempo que pase. No solo será un ritual con increíbles beneficios para nuestros hijos, sino que será un recuerdo inapagable en su futuro, en ese momento en que crezcan y se dispongan a echar la vista atrás hacia su dulce infancia…y hacia nosotros, sus padres.
8 marzo, 2017
A partir de q edad se le debe leer los.cuentos .yo tengo mi bb de año 18 meses