Los niños que se sienten amados y queridos tienen más posibilidades de prosperar. Sin embargo, esto no quiere decir que todos los niños que sean amados vayan a triunfar en la vida ni a dirigirse por el mismo camino. Lo que sí parece muy claro es que, aquellos que prosperen, habrán disfrutado de un entorno de amor, aceptación, aprecio y respeto mutuo. Y es que el trabajo principal de los padres es aceptar a los hijos tal cual son, incluyendo aquellas cosas que desearíamos cambiar, es decir, apreciar a los niños por ser como son, con todas sus virtudes y sus defectos.
Cierto es que a veces en la vida se dan situaciones que hacen que los padres se desesperen y pierdan los nervios ante determinados comportamientos de sus hijos, pero es importante no olvidar el verdadero objetivo de la paternidad y de la maternidad con respecto a dar vida a las semillas para que puedan florecer convenientemente y vivir en plenitud en el futuro.
9 cosas que puedes hacer por el futuro de tus hijos
- Tómate un tiempo para disfrutar con ellos. El factor más importante en el desarrollo de un niño/a radica muchas veces en el tiempo compartido juntos. Asegúrate de decirles a tus hijos diariamente la suerte que tienes de ser su padre/madre, y que nunca podrías amar a nadie más que a ellos.
- Observa a tus hijos a diario. Y no te olvides de reforzar y aplaudir aquellas cosas que lo merezcan: “Has estado trabajando mucho tiempo en eso”, “Te encanta estar en el agua”, “Eso te disgusta mucho”…etc. La clave no es evaluar tanto el comportamiento, como hacerles saber que ves y aceptas lo que son realmente, reconociendo lo que hacen y cómo reaccionan ante el mundo.
- Usa siempre lentes positivas. Cuando algo sobre el comportamiento de tus hijos te haga infeliz, recuerda que las debilidades son siempre la otra cara de los puntos fuertes de esa persona. Si uno de tus hijos tiene problemas para controlar su ira cuando su hermano/a no le respeta, por ejemplo, procura conocer al detalle y comprender la situación antes de llegar a los castigos o a una discusión.
- Ve las cosas desde su perspectiva. Tal vez el comportamiento de los hijos a veces sea irritante, pero siempre es comprensible si se toma el tiempo para ver su punto de vista.
- Empatiza siempre. Una vez que los niños ya no están siempre en nuestros brazos, puede resultar más difícil mantenerse en contacto todo el tiempo, pero cada vez que un hijo expresa algo hay una oportunidad nueva para la comunicación, no lo olvides. La clave es la empatía: “pareces decepcionado”, “parece que lo deseas mucho”, “Eso que haces es muy bonito”…Cuando le das la bienvenida a las emociones de tus hijos, les das la ayuda que necesitan para aprender a manejarlas.
- Ayuda a tus hijos. Por ejemplo, a aprender a manejar sus desafíos sin etiquetas negativas. Pregunta si tienen ideas sobre cómo manejar sus emociones para obtener los beneficios, pero no los inconvenientes de cada situación. Cada uno de nosotros necesita trabajar en el desarrollo de habilidades con el fin de conocernos y controlarnos a nosotros mismos. Asegúrate de dejar claro que todos cambiamos y que, a medida que crecemos, nuestros cerebros también crecen y se vuelve más fácil el hecho de comprender las cosas y de conocernos bien.
- Piensa como un niño. Recuerda que la mayor parte de lo que molesta a los padres no es otra cosa que un desarrollo normal: los niños actúan como niños porque lo son. Pero los niños necesitan saber que no cometen errores porque son malos, sino porque son humanos y, en muchos casos, porque son niños: “Sé que no querías gritarle a tu amigo”, “Has estado trabajando duro para no perder la calma”…
- Maneja bien tus reacciones. A veces pensamos que es evidente que nuestro hijo debería cambiar, pero lo que molesta a un padre puede no molestar a otro. Un niño con mucha energía podría encajar con algunas familias pero agotar a otras y, a menudo, es nuestro propio estrés el que nos hace reaccionar en exceso. Intenta expresar tus necesidades con afirmaciones en lugar de críticas: “Veo que tienes ganas de saltar ahora mismo”, “Estás cansado y un poco irritable. ¿Quieres salir a jugar?”
- Sé siempre su ejemplo. ¿Recuerdas cuando eras niño/a, lo vulnerable que podías ser y cuánto deseabas que alguien lo viera y lo apreciara? Eso es lo que tus hijos necesitan. No olvides que como padre o madre juegas el papel más importante en la psique y en la vida de tus hijos. La forma en que te oigan hablar y actuar, será su voz interior durante el resto de sus vidas.
Así que, si te suele preocupar que tus hijos no sean lo suficientemente buenos, no olvides que obsesionarse puede terminar creando la preocupación también en ellos. Por eso, si puedes aceptarlos exactamente como son y ayudarlos a verse a sí mismos de manera positiva, estarás en el camino de aprender a manejar incluso los rasgos de carácter más desafiantes que se puedan dar. Y lo que es más importante, lograrás que se sientan apreciados por quienes son en realidad.
A cambio, tus hijos desarrollarán un gran corazón capaz de amar profundamente y de sentirse amado también, y ese es un objetivo a futuro que, sin duda, merece la pena alcanzar.