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Nunca recurras al castigo físico con un niño

Cuando un niño se porta mal es frecuente que algunos padres acudan al castigo físico. El error más grave de pensar que esto es correcto es que se crea una distancia grande entre padres e hijos, se deteriora el respeto en la relación y, además, no se ataca la causa de origen de la emoción negativa del niño. La mejor forma de evitar los nervios es trabajando para que no se den situaciones complejas en casa, como las rabietas, y que se cultive el diálogo entre todos los miembros de la familia para un ambiente sano y de comprensión.

 

 

Pasos a seguir para no caer en errores

 

Cuando los niños recurren al mal comportamiento, muchas veces es porque no ha sido atendido su enojo, su frustración, su rabia, su tristeza o su ansiedad a tiempo. Cuando sientas que tu hijo se aísla o tiene un comportamiento diferente al habitual es porque está pasando por algo que no sabe cómo comunicar. Facilítales la manera preguntándoles sin intimidar, pero ten en cuenta que muchas veces ellos mismos no saben qué les ocurre. Un niño con sus necesidades emocionales atendidas a tiempo es un niño feliz al que pocas veces será necesario regañar o castigar.

 

Establecer reglas en casa es símbolo de amor también, y deben estar colocadas por los adultos, no por los niños. Ellos pueden opinar sobre las reglas existentes y los padres pueden flexibilizarlas dado el comportamiento que vayan teniendo los niños o con el aumento de la edad. Los niños deben saber que hay reglas que cumplir y que respetarlas es lo correcto, después de todo así se maneja la sociedad. Si no existen reglas en casa, o se cambian a cada rato o se colocan a conveniencia de los padres (unas cuando están molestos y otras cuando están felices), esto puede llevar al desorden emocional de los niños.

 

Los abrazos y los besos disminuyen tensiones y también brindan seguridad a los niños. Además, son un canal para la confianza y para establecer una mejor comunicación entre padres e hijos. Una buena comunicación canaliza adecuadamente las emociones negativas y de esta manera se evitan actos rebeldes que tengan que terminar en castigos.

 

Cuando los niños son bebés quieren siempre estar con sus papás, pero a medida que van creciendo van desarrollando su propia personalidad. Se van dando cuenta de aquello que les gusta y de lo que no les gusta tanto; de las dificultades que se les presentan en la convivencia; de los obstáculos naturales para afrontar barreras…

Apoya a tus hijos en actividades que les den placer y oriéntales en aquellas dificultades que se les presenten, pero nunca les obligues a realizar actividades que detestan. Es importante que siempre estés allí, pero hay que dejar que vivan sus propias experiencias, ya que esto también es respeto y fomentará su nivel de autoestima.

 

 

Los padres deben tener un espacio propio donde no estén los niños y no debes sentirte mal por eso, al contrario, esto estimula el amor en el hogar. Ve al cine o a cenar sin los niños, disfruta un fin de semana en pareja, dedica unas horas solo para ti… Está demostrado que el exceso de castigos en los niños se debe muchas veces a padres y madres cansados, frustrados o estresados, que creen que han tenido que abandonar su propia vida para criar a sus hijos.

 

Tener hijos es algo muy grande y bonito, recuérdalo, y… ¡no permitas que el ritmo de nuestra vida diaria te haga pensar lo contrario!