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Cómo mejorar la autoestima del niño disléxico

Al pensar en la dislexia, nos centramos en la resolución de los problemas académicos, pero si no somos capaces de solucionar los problemas emocionales, nunca conseguiremos unos buenos resultados académicos estables.

Recordemos que las dificultades escolásticas quedan relegadas a un segundo plano cuando los padres constatan que los hijos se ven menos felices.

Si su hijo tiene un problema grave de baja autoestima o autoconcepto, inseguridad etc, por causa de su síndrome, y nos centramos exclusivamente en la mejora académica, en vez de ambas a la vez, los avances serán muy difíciles y poco consistentes, normalmente.

 

Círculo vicioso difícil de romper

He aquí el mayor impedimento, tanto en niños como en adultos: un rechazo (deseo fuerte, razonado y continuado) ante el complejo proceso de mejora, es una garantía para el fracaso, independientemente de lo adecuado de las técnicas reeducativas y el esfuerzo de adultos.

En la escuela, usualmente son los llamados niños “deprimidos” o “invisibles”, ya que en el aula muchas veces intentan pasar lo más desapercibidos posible, ocultando en lo posible sus dificultades.

Por tanto, es imperativo tener en cuenta ambas partes (académica y emocional) en el Plan Psicopedagógico Individualizado, para ayudar al niño y obtener todo el potencial que hay en él.

Llegados a este punto, ¿qué hacer?, te damos unos cuantos consejos:

Consejos útiles para aplicar

 

¿Cómo se materializa en concreto cada una de estas estrategias?

Depende de las características del niño, edad, dificultades, entorno, tratamiento… pero siempre es necesario empezar con pequeños pasos.

Es conveniente recordar que es necesario recordar que las presentes estrategias tiene una efectividad que varía según las características de cada persona, y deben ser integradas coherentemente con el Plan de Intervención individual en dislexia.