NOTICIAS INFANTILES ® Consejos para padres, profesores y niños

2 métodos para enseñar a leer a nuestros hijos

Casi todos los profesores de primaria coinciden en que enseñar a leer a los niños es muy especial. Al fin y al cabo les estás dando las herramientas necesarias para acceder a la cultura y a la información. Para ello usan básicamente dos métodos: el global y el analítico.

Pese a ser descritos como contrapuestos y muy diferentes, la verdad es que son complementarios. O al menos deberían usarse ambos para lograr que el niño asimile los conceptos primordiales para saber leer y además, y muy importante, comprender lo que se lee.

Vamos a ver en qué consiste cada método:

Método global

Esta forma de enseñar contempla la palabra como una unidad indisoluble, un todo que tiene una forma que se asocia con un significado. Así, el niño reconoce lo que quieren decir muchas palabras con solo verlas, sin ni siquiera saber qué letras la forman ni como se divide. Ejemplos de esto serían “abierto”, “cerrado”, “stop”, “mamá”, “papá”.

Cuanto más se fije el niño o nosotros hagamos porque lo haga, más vocabulario tendrá identificado de manera global. Es más difícil acercarse a las palabras que a las letras, porque no hay límite. Pero los espacios entre ellas facilitan la labor. El niño las va identificando sobre todo al leerle nosotros, y ellos ver una y otra vez la misma unidad de significado que es la palabra. Es útil ir guiando con el dedo por donde vamos leyendo para que relacione el sonido con la palabra escrita. Habiendo tenido éxito en el método analítico, el global aporta velocidad a la lectura. De ahí la complementariedad de los dos métodos.

Método analítico

Como dice su nombre, analiza lo que el ojo ve, las letras por separado de cada palabra. Al niño se le enseñan las letras y los sonidos de cada una. Así aprende a separarlas cuando ve una palabra y comienza a leerla de izquierda a derecha. Después de las letras pasamos al silabeo, esto es pa-pe-pi-po-pu, por ejemplo. Como suenan las letras interactuando con otras. Es importante que cada letra tenga su sonido inamovible, aunque al contrario no sea lo mismo: un sonido se puede escribir de varias formas: allá, aya, haya. Esto explica el porqué de las faltas de ortografía y también por qué el método analítico necesita complementarse con el global. Porque dando significado al conjunto le damos sentido a la palabra y la reconocemos sin confundirnos: allá es de lugar, aya es una cuidadora y haya un árbol.

Y no sólo sabrán leer sino que sabrán lo que están leyendo. No serán robots sino personas pensantes. Este aprendizaje sucede generalmente en la escuela, pero si queremos poner nuestro granito de arena desde casa es clave que leamos nosotros y nos vean como ejemplo, que les leamos a ellos dialogando al final sobre la lectura, invitándole a opinar y así a comprender mejor lo que lee o le leemos.