NOTICIAS INFANTILES ® Consejos para padres, profesores y niños

”Mamitis”: niños pegados a la piel

En torno a los 6 meses, los niños empiezan a manifestar una cierta “mamitis”, un pegarse a la madre que puede darse también con más edad. A esta tendencia, que no siempre se produce, es a lo que los expertos se refieren como “síndrome de ansiedad por separación“, una etapa que puede ser difícil para la familia, pero que al final pasa y que es muy común.

Lo primero de todo, cuando se quiere lidiar con esta situación, es entender al niño. En esta primera fase (que tendrá su punto más alto en torno a los 10 y/o 18 meses) nuestros peques están aprendiendo cómo es el mundo que les rodea, y lo hacen poco a poco. Para ellos todo es extraño y desconocido, y ante ese mar de novedades necesitan una mano a la que agarrarse. Bueno, una mano, una pierna, unos brazos… ¡lo que sea que proceda de mamá!

 

 

Al nacer los niños no tienen una idea muy clara del mundo y, una de las cosas que más les cuesta entender, es la de que somos cuerpos distintos y con vidas distintas, o que a veces tenemos que desaparecer de su vista, pero que siempre volvemos y que no estar delante no significa abandonarlo. Esto los niños no nacen sabiéndolo, aunque resulte increíble para los adultos, y por tanto se lo tenemos que enseñar. También debemos tener presente en todo momento que si nos reclaman con tanta urgencia, no es porque disfruten haciéndonos la vida imposible, sino porque están pidiendo a gritos un poco de tranquilidad, de seguridad, de confianza…es decir, lo que para ellos tiene el nombre de mamá.

Hay que enseñar a los niños poco a poco que mamá siempre está ahí, aunque no siempre sea de forma física, y que no les va a pasar nada, que toda su familia les quiere y les cuidará siempre con mucho amor. Cuando el cordón umbilical se corta, no se corta también de forma inmediata ese vínculo que se había formado entre madre e hijo/a, y por eso es muy importante ir haciendo ver al niño o niña en cuestión que ese vínculo ahora será invisible, pero que nunca se romperá.

 

Las causas de la “mamitis” casi siempre están relacionadas con esto, así como con la dificultad de adaptarse a los cambios bruscos: la llegada de un nuevo hermanito, un cambio de colegio, de casa, conflictos con los primeros amigos… todo es nuevo y los niños a veces no saben muy bien como encajarlo (y los adultos muchas otras tampoco), y por eso necesitan un punto de apoyo, unos brazos que les digan que todo está bien.

Además de esto, será necesario que la familia tenga un fuerte grado de unión y de confianza, pues es preciso que ambos miembros de la pareja se involucren y comprendan este proceso, para evitar celos y posibles inseguridades.

 

 

Pautas para sobrellevar mejor la fase de la mamitis