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Frases mágicas para calmar a niños furiosos

La ira, la rabia o el enfado, son emociones muy comunes en todos los seres humanos y los niños no escapan de ello. Algunos pueden experimentar episodios esporádicos por algo que consideran injusto, otros tienen un temperamento explosivo constantemente o lo manifiestan con mucha frecuencia… En este último caso, es recomendable canalizar la ira con actividades como el deporte.

Lo importante es que el niño aprenda a canalizar la ira, para que la utilice a su favor y comprenda que las decisiones deben tomarse después de que llegue la calma.

 

¿Cómo puedes ayudar como padre a que consiga esa calma?

Existen algunas frases mágicas que te ayudarán. ¡Toma nota!

 

Es importante que le hagas entender a tu hijo que la ira es una emoción normal y que no está mal sentirla. La rabia o la molestia hacen que solucionemos lo que nos parece injusto y decirlo o reclamarlo siempre nos hace sentir mejor. Pero hay que tener cuidado con las palabras que se utilizan, ya que la calma y el sosiego siempre son los mejores consejeros.

 

Jamás dejes que tu hijo te grite, no está bien, y debes dejárselo claro. Pero no se lo digas con más gritos porque estarías haciendo exactamente lo mismo que tu hijo.

Nunca debes justificar que tu hijo le pegue a otros o que reaccione a la violencia con más violencia. Deja que se calme y comprométete con él a solucionar el problema. Invítalo a que vaya al rincón de la calma (o cualquier otra dinámica positiva) y cuando salga de allí, buscad una solución juntos.

 

Es necesario enseñarles a los niños que cuando se está enfadado se pueden destruir relaciones y cosas que nos agradan y nos ayudan. No tiene sentido destruir nuestras propias cosas, ni aquello que nos hace feliz todos los días.

Las palabras son mágicas, no solo por las frases que pensamos y decimos, sino también por el tono de voz que utilizamos. Utiliza estas frases con un tono de voz dulce, no las digas con más ira, con ironía o con un aire de superioridad.

También puedes probar con la medicina de los abrazos, principalmente cuando el niño/a tenga motivos para estar enfadado o disgustado. Un abrazo, además de calmarlo, transmite seguridad y mucho cariño. ¿Puede haber algo más positivo?