Para comenzar vamos a diferenciar el poseer talento de ser superdotado, porque como dice la experta Olga Carmona, experta en Diagnóstico y Atención Psicopedagógica de Niños con Altas Capacidades, “todos los superdotados son precoces pero no todos los niños precoces son superdotados”.
La superdotación se caracteriza por una excelencia en todas las áreas de aprendizaje, mientras que los niños con talento destacan en una disciplina o en varias combinadas pero, sin embargo, están por debajo de la media en el resto de áreas. La Organización Mundial de la Salud establece que el niño superdotado posee un Coeficiente Intelectual de 130 o más. A partir de esos números, y siempre diagnosticado por un especialista, podemos hablar de superdotación.
Conviene saber si nuestro hijo tiene estas capacidades porque, de ser así, seguramente le cueste adaptarse al sistema ordinario y pueda acabar teniendo problemas de actitud que desemboquen en algo más serio según vaya creciendo.
Patrones habituales de conducta en niños con altas capacidades
- Ya de bebé, el niño superdotado llama la atención por su facilidad para hablar, pudiendo pronunciar su primera palabra a los 5 meses. Si bien desde los dos meses ya emite sonidos diferentes.
- Demanda atención continuamente y suele tener un desarrollo psicomotriz adelantado para su tiempo, levantando la cabeza antes del mes, por ejemplo.
- Son intensos en sus emociones: se impresionan exageradamente con películas o situaciones tristes, de miedo o alegres. Sus reacciones ante la frustración también son desproporcionadas, en forma de rabietas o demostrando desasosiego o inquietud. Aparte de ser hipersensibles emocionales también lo son sensoriales: notarán más que el resto los colores, las formas, los ruidos. Sus sentidos parecen estar más desarrollados y les puede molestar el entorno así como percibirlo de manera especial.
- Tienen una energía descomunal por empaparse de lo que les rodea, todo lo quieren saber, se interesan desde muy pequeños por cuestiones trascendentales impropias de su edad como la muerte, la justicia, la igualdad, el comienzo de todo… Y si esta curiosidad no se estimula adecuadamente suelen canalizar su energía en una actividad física excesiva, lo que a veces da como resultado un diagnóstico erróneo de hiperactividad. A los niños con Déficit de Trastorno de Atención les cuesta concentrarse mientras que a un superdotado, mientras esté haciendo algo que le interese, se puede parar el mundo que le da igual. Su capacidad de abstracción es brutal.
- La memoria que posee es espectacular, recuerda detalles muy precisos de cosas, sonidos, olores, lugares, tanto a corto como a largo plazo.
- Muestra preferencia por juegos de carácter cognitivo como puzles o legos, y tiene un amplio vocabulario desde muy pequeño. Habla con mucha precisión.
- Son competitivos y perfeccionistas. Tendrán dificultades en sistemas escolares o familiares rígidos, pues su sentido de la libertad e independencia es innato.
- A veces se perciben como distraídos, pero esto es simplemente porque su cerebro recibe demasiada información y se sobrecarga. Debe separar lo irrelevante de lo importante y procesar emociones y sensaciones todo el tiempo. Es por eso que puede ponerse el pantalón del revés o no atender en una conversación como si tuviera la cabeza en otra parte.
- El aburrimiento en la escuela es también un síntoma, pues su capacidad intelectual demanda más contenido y otro tipo de pedagogía.
- Por último, diremos que prefiere la compañía de niños más mayores o adultos, ya que se siente más cómodo que con sus iguales en edad.
Si crees que por el comportamiento de tu hijo pueda ser superdotado, llévalo con un especialista para que te asesore, lo diagnostique y en caso de que resulte niño con altas capacidades, se le pueda dar una formación adecuada que evite problemas en su desarrollo.