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Recomendaciones para ayudarles a estudiar

Ayudar a estudiar a nuestros hijos

La vida de estudiante no es fácil, aunque así lo parezca. Es un largo camino lleno de sinsabores en el que sólo caben el esfuerzo y el tesón. A algunos niños estudiar les resulta mucho más duro que a otros, pero en lo que todos coinciden es en necesitar de nosotros, como padres, un apoyo tanto en los buenos como en los malos momentos. A veces podemos hacer por ellos pequeños gestos que les pueden servir como estímulo para seguir luchando por conseguir sus metas. Hoy abordamos algunos métodos que pueden ser útiles para ayudarles a que puedan aprovechar mejor su estudio.

Es un momento crucial para ellos porque, si bien no puede decirse que en un examen se lo juegan todo, no es menos cierto que su resultado marcará el final de un trimestre y que puede lastrar en parte el resto del curso si no acaba bien.

Si llegan los suspensos deberán hacer frente a un mayor esfuerzo para recuperar aquella o aquellas materias que más les cuesta aprender o en las que se suelen despistar más.

 

¿Qué podemos hacer nosotros?

Tan importante es que nos involucremos en la evolución de su aprendizaje académico como que nos preocupemos en ir enseñándoles a responsabilizarse de sus estudios para que sean ellos los que tomen la iniciativa y marquen sus propias pautas de trabajo. Y una de las claves es no hacer como ellos, no podemos tomar las riendas en el último momento, ya que podría ser tarde. Lo recomendable es estar atentos a sus progresos desde el inicio del curso escolar.

 

Ayudarles a estudiar

En nuestras manos, como padres, está el proporcionarles algunas herramientas para optimizar sus ratos de estudio, y en guiarles adecuadamente para que adopten buenas costumbres desde bien pequeños. Nuestros consejos les serán de gran ayuda cuando vayan creciendo y deban enfrentarse a ciclos escolares de mayor complejidad. Vamos a ver cómo acompañarles desde que comienza su etapa de estudiantes y a conocer el modo de sentar las bases para un estudio provechoso.

Esto no solo les servirá para detectar las dudas que puedan surgir y preguntarlas el próximo día, sino también para comprender que de esta forma, llegado el momento,  preparar los exámenes será mucho más sencillo ya que les costará menos asimilar todos los conceptos de una vez.

La mayoría de los centros suelen habilitar en las agendas apartados específicos para realizar anotaciones concretas sobre aspectos que los padres deben conocer al respecto de la evolución académica de sus hijos, o sobre cualquier otro asunto relacionado con su comportamiento, por lo que es necesario revisar periódicamente que no haya algún dato que nos pueda ser útil. Coger una pequeña dificultad a tiempo puede evitar que se convierta en un mal hábito en el futuro. Si bien se ha convertido en un canal de información muy valioso, hay que entender que la agenda escolar nunca sustituye a las reuniones y tutorías periódicas que se convocan precisamente para establecer una comunicación directa y personalizada.

Pues eso mismo es lo que debemos hacer con nuestros hijos, sobre todo en edad temprana (en los primeros ciclos de primaria), de esta forma les ayudamos a ganar soltura y confianza para que más adelante puedan autoevaluarse ellos mismos.

 

Descansar es importante

En épocas de exámenes también es vital cuidar especialmente de su descanso, que estén relajados y se distraigan. Que tengan varios exámenes en una semana no es motivo para que se estresen y anden desquiciados. Nada de hacerse los valientes y pasarse la noche en vela estudiando y sin dormir, hay otros momentos del día en los que deben centrarse en estudiar y dejar la noche para que su cerebro procese toda la información acumulada y para que su cuerpo se recupere de la jornada. No dormir las suficientes horas únicamente les servirá para desconcentrarse más fácilmente y notar un mayor cansancio físico. Durante el día también deben despejar la mente con actividades que les diviertan y con las que logren esparcirse. Practicar un poco de ejercicio al aire libre, ayudar a mamá y papá en la cocina, hacer manualidades o jugar un rato a la videoconsola con los amigos seguro que les anima y les hace más llevadero el estudio. Pero por nuestra parte no debemos olvidar reconocer su esfuerzo, y es que estudiar es un trabajo constante, duro y pocas veces reconocido.

Cuando los buenos resultados llegan, y sobre todo cuando éstos son fruto del esfuerzo y el tesón, hay que hacerles ver que lo están haciendo bien y lo orgullosos que estamos de ellos. No se trata de colmarles de regalos sino de cumplir un pequeño sueño y hacer algo que les haga felices, por pequeño que sea seguro que lo aprecian y valoran.  Aunque no lo creamos, con nuestro gesto estaremos ayudándoles a sentirse valorados y contribuyendo a que tengan el suficiente estímulo para seguir superando pequeñas metas.

¿Cuáles son los métodos que empleáis con vuestros hijos para estimularles y ayudarles a estudiar?