NOTICIAS INFANTILES ® Consejos para padres, profesores y niños

Padres que transfieren emociones negativas a sus hijos

Muchos padres se tienen que enfrentar a rabietas, agitación o a un nerviosismo permanente en sus hijos, pero lo que no nos paramos a pensar muchas veces es la causa principal de que el niño tenga esos comportamientos. Suele ocurrir que cuando un niño tiene ese tipo de emociones es porque sus padres pueden tenerlas también y esto se conoce como el efecto de la transferencia negativa, es decir, que los padres trasladan su propio nerviosismo a sus hijos, haciendo que estén tensos o nerviosos sin querer.

Pero ¿cuáles son las causas del nerviosismo de los padres?, ¿crees que estás cometiendo algún error con tus hijos y que están desviándose del camino que creías adecuado para ellos?

Si este es tu caso, no te pierdas 10 factores que deberías asumir.

 

10 Factores que debemos asumir como padres

La gente comete errores en muchas áreas de su vida,  ¿acaso los padres están excluidos?

No eres el único padre que ha cometido algún error, muchos otros han pasado por lo mismo.

Todos los padres quieren alcanzar la perfección en la crianza de sus hijos, y muchas veces generan remordimientos por no haberlo conseguido. No todo está en tu mano, quédate con el esfuerzo que has hecho para educarlos y criarlos.

Unos padres son malos cuando descuidan a sus hijos o los abandonan psicológicamente.  No te fustigues porque tu hijo se haya pasado horas viendo la televisión o no le hayas hecho caso porque has tenido que hacer otras tareas, porque esto es normal y no ocurre absolutamente nada.

Puede que exista algún incidente que le haya ocurrido a tu hijo por algún despiste tuyo, pero recuerda que esto es algo natural y muy normal. Somos humanos.

Si un niño no quiere comer por una rabieta y le quitas el plato diciéndole que se lo comerá por la noche, puedes conseguir un incentivo para que el niño piense en su comportamiento, pero también puede que no sea así. Actúa como creas conveniente y piensa en el carácter y en las intenciones verdaderas de tus hijos.

Lo que parece que es lo mejor, a veces con el tiempo puede descubrirse como un error, y lo que funcionó ayer no tiene por qué funcionar mañana. Ten esto en cuenta para el futuro.

No pierdas el tiempo pensando en qué ha fallado,  ese tiempo utilízalo para cuidar de tu familia y pensar en el presente y en el futuro.

Un niño pequeño no tiene la capacidad de recordar y analizar lo que ha pasado. Quitemos nuestros remordimientos y sentimientos de culpa y disfrutemos de nuestros hijos.

Toda esta preocupación por tus hijos demuestra que estás tratando de lograr con gran esfuerzo que reciba una buena educación. No seas duro contigo mismo, es natural cometer fallos todos los días.