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Islas de personalidad y trenes de pensamiento

En la película Inside Out, Riley, de 11 años, tiene varias islas de personalidad en su cerebro. Estas islas fueron creadas a partir de sus pasados ​​recuerdos, experiencias, intereses y pasiones. Los recuerdos básicos positivos y negativos crean estas islas que conforman nuestra personalidad o sentido del yo. Nuestros cerebros forman islas de personalidad (o, para los propósitos de este artículo, islas del yo) debido a nuestros intereses, relaciones, experiencias y cómo otros en nuestras vidas han afirmado, apoyado o posiblemente debilitado nuestros pensamientos acerca de quiénes somos y cómo somos.

 

 

En consecuencia, ¿cómo pueden los educadores ayudar a construir, reparar y fortalecer las islas del yo de los estudiantes? Cuando nos tomamos unos minutos para compartir y reflexionar con los alumnos, cultivamos una conexión que nos sostiene, incluso, a través de los momentos más difíciles que tienen lugar en el aula.

La validación es una estrategia efectiva alineada con el cerebro que consiste, por ejemplo, en decirle a un estudiante: “te escucho y te entiendo”. ¿Por qué? Porque la validación de los sentimientos de un niño o adolescente puede ayudar a ese estudiante a sentirse comprendido, lo que es parte integral y fundamental del desarrollo emocional, social y cognitivo de cada estudiante.

Como profesores y maestros, si profundizamos en esta actividad, podremos descubrir qué tipo de islas identifica cada estudiante, al igual que Riley, y junto con su nombre los alumnos pueden explicar el porqué de sus islas y qué ha hecho que se originen. Se trata de un ejercicio de reflexión muy útil para los profesores y muy entretenido e interesante también para los alumnos, que aporta valiosas informaciones sobre las creencias de cada uno, los miedos, la lógica, el sentido del yo…Por ejemplo, un grupo de estudiantes de la ciudad de Salamanca que realizó hace unos meses este experimento dieron estas conclusiones y nombres a sus islas, lo que sin duda podía identificarse con su forma de ver el mundo o con su estado de ánimo:

 

 

Estrategias para que los alumnos desarrollen islas de sí mismos

 

 

 

Los llamados trenes de pensamiento

En la película Inside Out vimos cómo el pensamiento de Riley pasaba por su mente durante días y se detenía o aminoraba cuando ella dormía, y a esto le llamamos trenes de pensamiento. Sabemos que el cerebro nunca deja de funcionar a menos que estemos muertos, pero no sabemos si mientras dormimos nuestros trenes pueden tomar otras rutas en las que, posiblemente, nuestros procesos de pensamiento subconsciente sean “los ingenieros”.

Vimos que el miedo se apoderaba de la línea de pensamiento de Riley en su primer día de clases, seguido de ira y tristeza. Sus sentimientos cambiantes distraían la sede central (la corteza pre-frontal) en su cerebro y, por lo tanto, su línea de pensamiento descarriló varias veces. Prestar atención y concentrarse son requisitos previos para un aprendizaje sostenible, pero la atención sostenida y la memoria de trabajo son funciones ejecutivas que no se desarrollan completamente hasta una edad joven o adulta temprana.

Sabemos que las emociones atraen la atención y que muchos estudiantes ingresan a las aulas en un estado cerebral muy vigilante, explorando constantemente el entorno en busca de sentimientos de seguridad y familiaridad. Por eso, lo que parece ser falta de atención o falta de enfoque en muchos estudiantes, es en realidad todo lo contrario, que están prestando mucha atención a las posibles amenazas de su entorno.

 

Preguntas que puedes hacer a tus estudiantes

 

Estrategias a seguir en el aula

Si tus alumnos son pequeños podéis trabajar elaborando trenes y asientos con cajas de cartón que simulen los vagones. Recuerda que, cuanto más jóvenes sean los estudiantes, más importante será que la enseñanza se pueda hacer tangible y práctica.

 

 

Para los estudiantes más mayores una buena idea puede ser crear una analogía o visualización del tren de pensamiento, que podría apoyar el establecimiento de metas y la planificación. Realiza preguntas como: ¿hacia dónde se dirige tu tren ahora? ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Cuáles son los cambios en la planificación de este viaje que podrías hacer?

Enseñar a los estudiantes sobre el autoconocimiento y la propia forma de pensar es el camino hacia el empoderamiento, la autoconfianza y esa base necesaria entre el aprendizaje y el yo. Por eso estas actividades y estrategias pueden servir para que los estudiantes se relajen y permitan liberar sus mentes del estrés y de las preocupaciones innecesarias. A través de la respiración y del movimiento los alumnos también podrían encontrar ese camino hacia el verdadero yo interior, lo que favorece la atención y el aprendizaje activo.