¿Conoces el método Doman para enseñar a leer?
La lectura es una habilidad importantísima que deben adquirir los niños lo más pronto posible, pero lo que muchos padres no saben es que cuanto más pequeño sea el niño, más fácil resultará el iniciarse en la enseñanza de la lectura. Y es que con solamente 1 año el niño puede ser capaz de leer palabras sueltas de 3, 4 o 5 letras; con 2 años frases cortas y con sentido; y con 3 años podría incluso conseguir ya leer libros pequeños.
Pero, ¿cómo? Pues a través de un método sencillo elaborado por el médico Glenn Doman hace ya más de cincuenta años. Doman, junto a un grupo de neurólogos al que dirigía, llegó al convencimiento de que con determinadas estimulaciones visuales sencillas los niños pequeños podían aprender a hablar y a adquirir conceptos sencillos y básicos. Este método, desarrollado a través de los denominados “bits de inteligencia”, se basa en el aprendizaje de palabras o conceptos a través de láminas, con la idea de que el niño pueda adquirir la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible. Se trata de un sistema para aprender a leer de forma efectiva y que puede ser llevado a cabo tanto por padres como por profesores.
¿Cómo puedo poner en práctica este método?
Aunque se trata de un método bastante sencillo, sin duda requerirá dedicación por nuestra parte. A partir de 1 año, todas las palabras que queramos enseñar a un niño tendrán que decirse en voz muy alta y clara, ayudándonos con folios o cartulinas blancas con un tamaño A3 o A4 y en donde habrá que añadir la palabra en cuestión. No debemos olvidar que las letras deben de tener un tamaño considerable, por lo que tienen que ocupar todo el ancho del que disponga el folio. Podemos escribir las palabras a mano o mediante un ordenador con impresora, pero debemos acordarnos siempre de hacer el mismo tipo de letra, preferiblemente arial por su estilo redondeado, y siempre en minúscula.
Pasos a seguir durante el método
- PRIMER DÍA: Mientras hacemos nuestra rutina diaria, le enseñamos la palabra que hemos hecho en un folio y le decimos: “Aquí dice: (esperamos 1 o 2 segundos) mesa”. Después esperamos 2 o 3 minutos más y volvemos a enseñarle la palabra para continuar después con nuestra rutina diaria. Acuérdate de no preguntar al niño qué pone en esta fase.Deberemos repetir esto 3 veces al día, siendo lo ideal que fuera por la mañana, a medio día y por la tarde/noche. En caso de que los educadores quieran aplicarlo, las fases correspondientes serían: a primera hora de la mañana, después del recreo y a última hora. Por último, ponemos el folio encima del propio objeto (por ejemplo mesa, si es lo que hemos decido escribir), dejando el folio encima de la misma.
- SEGUNDO DÍA: Repetimos lo realizado el día anterior, con la salvedad de que a la 3ª vez preguntaremos al niño: ¿Qué es esto? Esperando después 5 segundos a ver si el niño responde. Si responde correctamente debemos mostrarle signos de alegría diciéndole: ¡Si, muy bien! En caso de que no responda, le diremos la respuesta siempre con una sonrisa: “Esto es mesa”.
- DÍAS POSTERIORES: Para no agobiar demasiado al niño, si no ha dicho la última palabra bien podemos empezar otra vez con el mismo método pero con una nueva palabra, por ejemplo, silla. Cuando sepa correctamente la palabra silla y la palabra mesa, juntamos los dos folios y le pedimos que nos diga la palabra que estemos señalando nosotros. Si supera esta prueba, significará que el niño sabrá diferenciar símbolos que estén escritos de diferente manera.
Lo idóneo es ir enseñando una palabra corta cada día si es posible, no repitiendo palabras que empiecen con la misma letra el mismo día en ningún caso.
El último día de la semana podemos jugar a tirar todas las láminas al suelo para que el niño pueda identificarlas. ¡Verás cómo se notan con constancia los resultados!