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Claves para hacer lluvia de ideas en clase

La lluvia de ideas es una forma útil de comenzar o generar nuevas ideas. Se puede hacer en clase, en grupos pequeños o con los estudiantes de forma individual. Una vez que los estudiantes estén familiarizados con el proceso, podrán también usar esta técnica por su cuenta cuando estén atascados, revisando su trabajo o pasando a una nueva fase.

 

 

Pasos y materiales necesarios para una reunión creativa

 

 

La lluvia de ideas, como su propio nombre indica, comienza con una sesión de generación de ideas. Los estudiantes deben generar tantas ideas como sea posible, sin evaluación ni censura, ya que la cantidad de ideas en esta etapa es más importante que la calidad. Se debe alentar a los estudiantes a incluir, por qué no, ideas descabelladas, enfoques nuevos y diferentes, ideas que se basen en sugerencias anteriores y sugerencias que les hayan funcionado en algún momento del pasado.

Por otro lado se debe designar a una persona para que registre las ideas a medida que se dan, preferiblemente en un lugar donde todo el grupo pueda leerlas. Esta sesión generalmente durará entre 5 y 10 minutos, pero puede durar hasta 20 o 30 minutos, dependiendo también del dinamismo y del nivel de participación.

Con los mismos grupos que se hayan utilizado, o con toda la clase en conjunto, se pasará entonces a la discusión y al debate de las ideas generadas, un debate que derivará en la creación de una lista en consenso con las ideas más adecuadas para el trabajo o cuestión que se necesiten. Para conseguir esto, y con el fin de guiar la discusión, se podrán usar preguntas como las siguientes:

 

 

Los estudiantes, tras las preguntas, podrán ordenar las ideas clasificándolas en categorías que podrán ser como las siguientes: las de utilidad inmediata, las áreas de exploración adicional y los nuevos enfoques del tema.

Cada grupo debe mantener un conjunto de notas para futuras consultas y seguimientos. Estas notas también servirán para ayudar al maestro a seguir el progreso del grupo o de los estudiantes de forma individual. Si los estudiantes tienen acceso a revistas o libros de diseño o de ideas innovadoras, este sería un buen momento para consultarlas.

 

 

Dicha consulta les servirá para crear sus propios diarios o libros de diseño de ideas, en los cuales los estudiantes pueden reflexionar sobre el proceso y el resultado de este ejercicio o responder a las instrucciones específicas del profesor. Por ejemplo, los maestros pueden pedir a los alumnos que expliquen cómo seleccionaron un conjunto de ideas de trabajo de su lista inicial o que elijan una idea y describan cómo podrían imaginarse el llevarla a cabo.

En sus libros de diseño de ideas podrían también, además de registrar las ideas generadas, crear un plan para seguir adelante. Las ideas generadas por este ejercicio podrán usarse más adelante en el proyecto que se vaya a trabajar o usarlas también en algún proyecto futuro.

 

 

Una herramienta valiosa para aprender y evaluar

La lluvia de ideas se puede utilizar a lo largo del curso, cuando los estudiantes están comenzando una nueva fase o cuando se sienten estancados y necesitan nuevas ideas. Es una buena herramienta para todos los grupos y tipos de alumnos, y un método muy útil para encontrar inspiración y sacar el máximo partido a los trabajos con la colaboración de todos. Las sesiones de lluvia de ideas aportan también mucha información de utilidad para las evaluaciones y para realizar preguntas y resolver dudas por parte de los estudiantes.

 

Y tú, ¿ya has puesto la lluvia de ideas en marcha en tu aula?