NOTICIAS INFANTILES ® Consejos para padres, profesores y niños

Motivos por los que los niños pueden comenzar a mentir

Lo habitual es que en la educación de los niños se hayan quedado grabadas muchas de las actitudes, normas o comportamientos de los padres con respecto a ellos. Por eso es muy importante analizarnos cada día en torno a lo que estamos haciendo para averiguar si, aquello que hacemos, nos conduce hacia donde en realidad queremos llegar. Es decir, que si lo que queremos es que los niños se comporten de una determinada manera no podemos caer de manera continuada en contradicciones o en conductas erróneas o poco recomendables.

En este sentido, muchas veces los niños comienzan a aprender a mentir en defensa propia y, para ilustrarlo, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿quién no ha experimentado alguna vez cuando era pequeño ese miedo a confesar que habíamos roto algo aunque fuese sin querer? Y es que en ocasiones, como adultos, llevamos demasiado lejos el lema de acción y consecuencia, atemorizando a los más pequeños con amenazas de castigos o gritos. ¿Quién en un ambiente así podría querer confesar un despiste o un tropiezo?

Los niños, conforme van creciendo, van dándose cuenta de las consecuencias que tienen determinados actos en casa, y eso puede incurrir en que aprendan a desarrollar la mentira, conscientes de que la verdad les traerá consecuencias negativas por las que no desean pasar.

Una de las mejores formas de evitar que esto ocurra es fomentar el diálogo en familia. Y es que, que los niños puedan crecer en un entorno lleno de confianza y seguridad, es fundamental para que no tengan miedo nunca a enfrentarse a la realidad y asuman el hacerlo como algo normal.

Nuestra actitud como padres y madres es fundamental en este tema de las mentiras, y a continuación os anotamos algunos habituales errores a evitar.

 

Actitudes a evitar como padres con respecto a las mentiras de los niños

Hazles comprender a tus hijos que afrontar la realidad es positivo y humano, y que no son “niños malos” por haberse equivocado o haber cometido un error.