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Los cambios de humor en los niños: causas comunes

Cuando los niños llegan a los dos años de edad, experimentan diferentes tipos de emociones, pero no pueden controlarlas bien. ¿Quién no ha vivido que su hijo de repente comience a llorar y a gritar y a los pocos segundos se ponga a reír?

Estas reacciones tan exageradas pueden hacernos sentir impotentes, sin saber cómo reaccionar con ellos cuando tienen estos cambios de humor. Pero es importante diferenciar los cambios de humor producidos por frustraciones o situaciones que les hayan puesto tristes para intentar animarles, y los cambios de humor producidos por rabietas o malas conductas.

 

¿Cuáles son las principales causas?

Cuando el niño es incapaz de expresar con palabras lo que quiere decir, es una causa común por la que puede frustrarse fácilmente.

La mente de los niños pequeños no tiene bien definido el concepto del tiempo. Siempre estarán preguntando cuánto tiempo falta para todo, aunque le hayamos dicho solamente 10 segundos.

Los niños adquieren esta habilidad a partir de sus propias experiencias y de su desarrollo emocional. Hasta entonces tendrán variaciones en su estado de ánimo de manera frecuente.

No debemos olvidar que, para ellos, tener hambre o estar cansados después de jugar en el parque puede llegar a hacerles llorar. No entienden qué les pasa ni quieren renunciar a seguir disfrutando de lo que estén haciendo. Es, por tanto, un verdadero conflicto emocional.

 

¿Cómo actuar con los cambios de humor?

Al tratar de entender por qué tienen estos cambios de humor, podemos ayudarles preguntando qué les ocurre o, si vemos que están agotados o han tenido un día duro, demostrándoles comprensión por nuestra parte.

Los niños recurren a mostrar rabietas para poner a prueba las reglas o normas que hemos establecido para ellos. Podemos intentar razonar dándoles respuestas que puedan entender, pero sin permitir que se salten las reglas.

Por lo general los niños recurren a expresar su insatisfacción exagerando sus reacciones, tratando de llamar la atención. Esto puede convertirse en una lucha de poder entre los padres y los hijos, así que debemos tratar de mantener la calma.

Si nos sentimos desesperados muchas veces por los cambios de humor frecuentes en nuestros hijos, debemos consolarnos sabiendo que no estamos solos y que esto ocurre siempre.

Cuando un niño empieza a estar enfadado debemos tratar de distraer su atención. Proponle un juego divertido para intentar que se calme y fortalecer, de paso, los lazos afectivos entre vosotros.