Es cierto que existe la costumbre, bien extendida ya generaciones atrás, de cortar las uñas después de un baño, puesto que se entiende que al estar más blanditas se cortarán mejor, sin embargo esto no es del todo cierto y existen personas a las que el reblandecimiento de las uñas cuando se están cortando les genera desagrado e incluso posible dentera.
Si tu hijo permanece tranquilo cuando realizas esta tarea después del baño no hay de qué preocuparse, ya que de esa forma es muy probable que el niño no sienta ningún tipo de molestia ni sensibilidad anormal. Aun así debemos tener cuidado para que no se hagan daño.
La ventaja de cortar las uñas a nuestro bebé cuando acaba de recibir un relajante baño, es que también se sentirá más relajado a la hora de enfrentarse a las tijeras, lo que sin duda evitará que se mueva más de la cuenta o que llore.
Pequeños y sencillos trucos a seguir
Si el bebé se inquieta mucho a la hora de cortarle las uñas podemos comenzar por las uñas de los pies, ya que al alcanzarles menos la vista permanecerán más distraídos y estarán más preparados para cuando haya que llegar a las de las manos.
Si el relax de un buen bañito tampoco parece mantenerles tranquilos puede ser muy buena idea recurrir a sus canciones favoritas o a la lectura de cuentos para distraer su atención durante el proceso.
Otra idea, sobre todo en casos en los que los bebés se mueven mucho, es ayudarnos de un cortaúñas en lugar de unas tijeras para prevenir heridas o posibles cortes ante movimientos muy bruscos.
En cualquier caso, si la idea de cortarse las uñas termina produciendo un auténtico berrinche en el niño, es mejor que paremos y dejemos la tarea para otro momento en el que se encuentre más tranquilo, ya que enfadarse o ponerse nervioso por esto no nos llevará a nada y podría crear animadversión al proceso por parte del bebé.
Y tú, ¿tienes más trucos para cortar las uñas de tus peques? ¡Esperamos tus experiencias!