Problemas y peleas entre hermanos pequeños

Son manifestaciones normales que tienen como fin su adaptación a nuevas situaciones familiares. El niño muestra alteraciones emocionales y conductuales frente a los cambios en las demandas de su medio familiar. Suelen traducirse en continuas llamadas de atención, como problemas de comportamiento, desobediencia, provocaciones y rabietas. También se muestran en la desgana frente a los trabajos escolares que antes realizaban sin dificultad. Asimismo, el carácter del niño puede cambiar y mostrarse más retraído en las relaciones sociales.

Los celos son reacciones transitorias. El niño necesita un tiempo para aprender a compartir lo que antes le pertenecía en su totalidad: la atención de sus padres. No obstante, aunque son normales, los padres deben afrontarlos antes de que se instauren en edades superiores, puesto que, en algunos casos, interfieren en el desarrollo del niño y en su adaptación a las distintas áreas de su vida.

¿POR QUÉ SE SIENTE CELOSO?

Los celos aparecen porque el niño percibe la pérdida del afecto de sus padres. Identifica la figura de su hermano como el responsable de esta pérdida y dirige hacia él los sentimientos negativos que experimenta. Ante esto, el niño actúa de la única manera que sabe para recuperar el afecto que considera que está en peligro.

No obstante, la mayoría de las veces, la forma de intentar recobrar el afecto es incorrecta. Algunos chicos intentan reproducir los comportamientos de sus hermanos pequeños, emitiendo las denominadas conductas regresivas (vuelven a hacerse pis, desobedecen, duermen y comen mal, lloran, tienen rabietas). En algunos casos, ante estos comportamientos los padres suelen prestar atención al niño, aunque sea de forma negativa (castigan, corrigen o reprenden a su hijo). De esta manera, alargan su malestar y los niños obtienen la atención que buscaban de sus padres.
Por tanto, volverán a emitir estas conductas.

CUÁNDO APARECEN

Existen factores como la edad y el sexo que predisponen a los niños a manifestar celos. En general, la frecuencia de aparición de los celos aumenta cuando la diferencia de edad entre los hermanos es menor de 3 años, el hermano mayor tiene menos de 5 años y ambos son del mismo sexo. Por otro lado, las situaciones más habituales que desencadenan los celos suelen ser el nacimiento de un hermano, la separación de los padres que muestran la preferencia por alguno de los hermanos, etc.

Cuando los celos dejan de ser temporales y se asientan en edades más avanzadas suelen haber influido tanto la actuación de los padres como la percepción errónea que los niños celosos generan con sus hermanos.





LA PERCEPECIÓN DEL NIÑO

Cuando un chico está celoso, la interpretación que realiza de distintas situaciones familiares puede ser errónea y exagerada. Por ejemplo, los padres acuden a una tienda de juguetes con sus tres hijos. Todos los hermanos piden a su madre un juguete y ella dice que no va a comprar nada. Sin embargo, la madre se da cuenta de que la pequeña necesita unas pinturas para el colegio y las compra. El hijo mediano no se enfada. En cambio, el mayor interpreta que su madre le ha comprado las pinturas a su hermana pequeña porque la quiere más.

LO QUE NO DEBES HACER ANTE LOS CELOS

  • Hacer comparaciones. Cuando los padres quieren mostrar a su hijo celoso cuál es el comportamiento que les gustaría tener de él, pueden poner como ejemplo al hermano pequeño. Por ejemplo, la hermana pequeña está dibujando y la mayor está haciendo una ficha del colegio. De pronto, la madre se acerca a ver el dibujo de la pequeña y la mayor se pone a llorar. La madre le dice: “mira cómo tu hermana pequeña trabaja sin llorar”. Es tentador poner como ejemplo la conducta de otro hermano que, aparentemente, realiza ciertas cosas de mejor manera, ya sea un trabajo escolar o una obligación doméstica. Lo que sí puedes es hacer comparaciones con él mismo: “Sé que esto puedes hacerlo mejor. Ven, voy a ayudarte”, o bien: “En otras ocasiones te has superado. Esfuérzate un poco más”.
  • Aumentar el nivel de exigencia con el hermano mayor. Al nacer el pequeño, los padres pueden empezar a mostrarse más exigentes con el mayor y ser menos permisivos. Incluso, en ocasiones, pueden requerirle actuaciones para los que evolutivamente todavía no está preparado.
  • Ante el advenimiento de un nuevo retoño, la mejor manera para evitar los celos del mayor es hacerle cómplice de las nuevas tareas y responsabilidades. Por ejemplo, puede cuidar, si tiene una edad suficiente para ello, del baño del pequeño o de su alimentación. Hacerle notar que nos fiamos de él y que contamos con su sentido de la responsabilidad para solucionar problemas es muy positivo.
  • Utilizar frases del tipo: “Tu hermano fue tan deseado”. Aunque no se agregue nada más en este pensamiento, puede generar fantasmas en quien las escucha, además de celos y resentimiento hacia el otro hermano. Lo mejor es fomentar el reparto equitativo de bienes materiales y emocionales: abrazos, regalos y besos deben ser repartidos equitativamente. Debes tener mucho cuidado con historias de familia que, sacadas de contexto e interpretadas por un niño, pueden causar mucho dolor emocional y celos. Utiliza siempre el plural (“os quiero”) si bien, evidentemente, puedes personalizar en la intimidad con alguno de tus hijos.

 

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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1 Comentario

  1. Me gustaría q me de algunas pautas para mi niño de 10 años q se está volviendo desafiante nos planta la mirada y tiene la respuesta en la boca

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