Consejos de cómo educar a niños caprichosos

Hoy día muchos padres nos quejamos de que nuestros hijos son unos caprichosos, que no se conforman con nada, que no valoran lo que tienen. Si pierden algo, no importa, porque enseguida vamos corriendo a reponérselo; si sale un nuevo modelo de móvil, cómo no vamos a comprárselo si todos sus amigos lo tienen. Hemos entrado en una espiral de la que, en mayor o menor medida según nuestro poder adquisitivo, no podemos salir. No le decimos “no” aunque sus peticiones sean desmesuradas o estén fuera de nuestro alcance. Y no sólo con respecto a objetos materiales. La vida gira en torno a las necesidades y deseos de nuestros hijos. No hacemos suficiente hincapié en los límites y en las normas; no les motivamos hacia el esfuerzo y la perseverancia para alcanzar sus objetivos. Consiguen todo con demasiada facilidad: “Que tenga lo que yo no tuve” y, creyendo que les damos lo mejor, nos olvidamos de la importancia de dotarles de un carácter fuerte, resistente a las frustraciones, capaz de demorar el refuerzo; apto, en suma, para hacer frente a las exigencias de la vida.

Tal vez, los siguientes consejos te sirvan para hacer las cosas bien si acabas de embarcarte en la aventura de ser madre, o para cambiarlas, si no estás satisfecha de cómo es tu hijo ahora.

1. Establece normas cuanto antes

Los niños necesitan, desde el principio, normas y límites que les permitan saber lo que pueden y lo que no pueden hacer. Con cariño, pero con firmeza, y teniendo en cuenta su edad, debemos instaurar unas rutinas que le ayudarán a regular su comportamiento y, como consecuencia natural, sus peticiones. Si tu hijo sabe que sólo se comen chucherías los fines de semana, es más difícil que las pida cuando vais a comprar el pan.

2. Favorece su responsabilidad

Cuando son pequeños, los niños pueden recoger sus juguetes y, según van creciendo, podemos añadirles pequeñas tareas que ellos se sientan capaces de realizar: recoger su plato de la mesa, ordenar su habitación, preparar su ropa y su mochila… El niño debe ir viendo que en la vida hay que cumplir ciertas obligaciones que suponen un esfuerzo. De esa manera, valorarán más el trabajo de los demás y entenderán que las cosas no se consiguen fácilmente.

3. Evita la sobreprotección

Déjale que afronte retos ajustados a sus posibilidades, permítele que se equivoque, pero también, según va creciendo, debes ayudarlo a enfrentarse a la realidad de la vida, a las dificultades, a los problemas, a veces económicos, que puede atravesar una familia. No podemos mantener a los niños en una burbuja, haciéndoles creer eternamente que los juguetes los traen los Reyes Magos o que el dinero se consigue en los cajeros automáticos.

4. Dedícale tiempo

Muchas veces, los niños piden nuevos juegos y juguetes porque se aburren, pero, al cabo de unos días, los dejan de lado, porque lo que en realidad lo que quieren es contar con alguien con quien jugar. Nosotros, por nuestra parte, compramos y compramos para compensar el poco tiempo que les dedicamos. Adoramos su cara de felicidad cuando llegamos con una sorpresa inesperada, pero ese entusiasmo, sobre todo cuando son pequeños, dura muy poco y el juguete, que tanta ilusión les ha producido, quedará arrinconado junto con los demás. Sorprende a tu hijo con una tarde de juegos, o con una salida en bicicleta; invítalo a cocinar contigo o ve con él esa película que tanto le gusta y que ya ha visto veinte veces.

5. Enséñale a demorar el refuerzo

Si algo no es realmente necesario, puede aplazarse a un cumpleaños, a fin de curso o para premiar algún esfuerzo especial (se ha quedado cuidando a su hermano, ha limpiado el coche…). Si ya dispone de asignación, anímalo a que ahorre para conseguir lo que tanto quiere. Muchas veces, ese deseo irrefrenable hacia algo es pasajero y, con posponerlo un poco, se les pasa. Por otro lado, no es bueno que aprendan que todo puede conseguirse con sólo pedirlo, porque, cuando sean adultos, la vida no va a regalarles nada y tendrán que conseguir todo a base de trabajo y perseverancia.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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