4 pasos para superar las inseguridades cuando educamos a los niños

Ser padre o madre responsable y consciente de la educación y crianza de un niño es algo para lo que nadie te enseña. Cada uno improvisa como puede y algunas decisiones nos quitan el sueño y hasta el hambre.

La sociedad va cambiando y con ella las expectativas y exigencias del entorno hacia los padres. Si además tenemos en cuenta que internet ha hecho posible que la comunicación sea inmediata y la información, si no se controla, excesiva, la presión que a veces soportamos los padres se convierte en una losa que nos genera frustración hagamos lo que hagamos. O no llegamos o nos pasamos. Parece que nunca damos con el punto exacto o eso creemos.

Nuestros padres lo hicieron de una forma, los padres de tu pareja de otra; tu amiga, el vecino, los padres del amigo de tu hija, lo que dice el libro que te regalaron, lo que recomienda la psicóloga de la escuela, hasta la señora que despacha en la tienda tiene su propia opinión de cómo es mejor que críes a tus hijos… ¿Cómo no te vas a sentir inseguro?

Hay un pequeño truco para no fallar que mi abuela, sin tener ni idea de todo esto, me adelantó hace muchos años. Ella siempre que yo actuaba de forma egoísta o cruel, principalmente con mi hermano, que para algo andábamos juntos todo el día, me decía: “Trata a los demás como te gustaría que te trataran a ti”. Al principio no le hacía mucho caso pero ese mantra terminó por acompañarme toda la vida como el baremo ideal para ser una buena persona. La medida precisa para actuar con los que te rodean. Y es que los límites están contenidos en esas sencillas palabras.

Lo mejor de esta frase es que, por supuesto, incluye a nuestros hijos, así que no es tan difícil educarles y acompañarles en el camino hasta que vuelen solos.

¿Cómo superar las inseguridades?

Te damos unos sencillos pasos para superar todas estas inseguridades, y que de paso, les sirvan para aprender a tratar a los demás:

  1. Primero tenemos que hacer oídos sordos a los consejos y pseudoconsejos de todos los que “nos quieren bien”. Cada niño es diferente y si te dejas guiar por tu instinto sabrás perfectamente lo que los tuyos necesitan mejor que nadie. Confía en ti, tus pequeños lo agradecerán porque notarán tu seguridad.
  2. El secreto es el amor. Quererles y que ellos lo noten, hagan lo que hagan, aunque les regañes, nunca deben dejar de sentir que les quieres. Para eso es imprescindible el contacto físico: besos y abrazos nunca sobran en una crianza respetuosa.
  3. Ten en cuenta sus opiniones y necesidades. Que se sienta escuchado hará de él un niño querido, seguro, con iniciativa y sin miedo a expresarse, por lo que será más participativo e imaginativo. Que le escuches no quiere decir que se haga lo que él dice siempre, pues también tiene que aprender a llegar a un consenso y a darse cuenta de que a veces las ideas propias no son las más adecuadas.
  4. Aquí llegamos a la consecuencia más importante de tratarles con respeto: ellos aprenden sin darse cuenta a respetar a los demás porque perciben ese trato por nuestra parte. Un niño criado con amor y paciencia será un adulto considerado y tolerante. Para ese entonces, estaremos muy orgullosos de haber seguido nuestro instinto y de haberle abrazado mucho mientras compartíamos tiempo con él, aunque siempre en el fondo dudáramos de si lo hacíamos bien. Al fin y al cabo somos humanos, ¿no os parece?

Autor: Carolina Cuello

Escribo desde siempre, por trabajo y por placer. Creo que la palabra escrita puede cambiar el interior de las personas y es en lo que pienso cuando redacto un nuevo artículo. Más información

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