El síndrome postvacacional infantil: 5 señales en niños

Volvemos de vacaciones, de no tener horario, de hacer casi lo que nos da la gana sin presiones ni obligaciones. Piensa que si nosotros acusamos la vuelta al trabajo es lógico que los niños lo hagan con el cole. He aquí los síntomas de que algo no va bien y como solucionarlo. No te preocupes, serán solo unos días hasta que todo vuelva a la normalidad. ¡Manos a la obra!

Tiene mucho sueño

Es lógico pues de un día para otro cambiamos el horario general y de dormir hasta tarde ahora se tiene que levantar muy temprano. Esto es relativamente fácil de aliviar. Hay que acostarse pronto, súper importante para descansar bien y levantarse con tiempo para no ir con prisas que estresen a todos. Sería genial que pudiéramos adaptar el nuevo horario una semana antes de empezar las clases para no sufrirlo mucho al inicio. Así que ya sabes, puedes empezar a levantarlo un poquito antes cada día por las mañanas.

Está agobiado y/o desmotivado

Seguro estás pensando: como yo. Pues ahí tienes una clave para mejorar, cambia tu actitud, la rutina es una excusa ideal para organizarse y estar más activo y sano. En vez de quejarte transmite a tu hijo optimismo y celebra la vuelta como la oportunidad de cambiar lo que no nos gustan, aprender y hacer cosas nuevas. Siéntate con él, podéis hacer una lista de actividades que os gustaría hacer en este trimestre como proponer un día de cine, una extraescolar diferente, un paseo que os apetezca, cenas divertidas en familia… También sería positivo hacer un horario de casa que esté a la vista de todos y en el que el fin de semana o al menos el domingo esté libre para lo que surja.

síndrome postvacacional infantil

No come bien

El cambio de estación y de dieta se hace cuesta arriba y es posible que el niño no tenga apetito o incluso lo contrario, que tenga hambre a todas horas. Hay un proceso de adaptación por el que hay que pasar. Pero en cuanto tenga unas horas fijas para comer y una dieta nutritiva y variada, verás como se adapta y va regulando sus comidas. Es interesante hacer los menús de la semana para planificarse y hacerle partícipe de ellos. Comprobarás como va entendiendo que hay que comer verdura tanto como hamburguesa, por ejemplo. Nada como incluir al pequeño en los planes para que los comprenda de verdad y se implique.

Está irritable

Paciencia, mucha paciencia. Si se pone imposible la mejor arma es la distracción. Por ejemplo, cambiemos el entorno más inmediato: ordenar el cuarto, mover los muebles de sitio, decorar diferente las paredes con sus trabajos o personajes favoritos… da igual lo que se nos ocurra, el caso es que se note que iniciamos un nuevo ciclo renovado y con energía.  Y que él se entretenga para olvidar el enfado. Estos cambios no solo aplican en su habitación, sino en la casa entera, aprovechemos la energía estival para inspirarnos todos.

Se siente triste

Aquí solo cabe mucho amor: juegos, charlas, risas, toda herramienta es poca para combatir esa tristeza de la vuelta. Los motivos van desde extrañar amigos de verano hasta notar el frío del otoño. Nosotros estamos así también pero somos adultos y lo podemos entender. Él aún no sabe muy bien qué le pasa, así que es bueno que hasta que transcurran unos días de curso y se haya adaptado, hablemos mucho con él de todo lo que está pasando e intentemos verlo con humor, comidas ricas que le gusten y un ratito de juego distendido con mamá o papá. ¡Seguro nos ayudará a nosotros también!

Autor: Carolina Cuello

Escribo desde siempre, por trabajo y por placer. Creo que la palabra escrita puede cambiar el interior de las personas y es en lo que pienso cuando redacto un nuevo artículo. Más información

Comparte este artículo en

Envía un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *