6 Beneficios de los puzzles para los niños

Pocos entretenimientos tienen tantos beneficios para el niño como los puzzles. Te detallamos algunos, lee con atención:

Un nuevo mundo

El primer puzzle siempre es especial. Se abre ante sus ojitos un mundo de posibilidades. Ayúdalo al principio y verás como poco a poco va solito y le encanta armarlos una y otra vez. Seguro será uno de sus juegos favoritos.

Concentración

Aprenderá a prestar atención y a estar tranquilo. Esto es especialmente útil cuando el niño es inquieto y le cuesta relajarse y observar los detalles. Armar un rompecabezas exige un mínimo de tranquilidad y abstracción, que sin querer adquirirá en el proceso.

Superación personal

Cada vez que intente hacerlo será un reto y cada vez que lo consiga su autoestima se reforzará. Se los irá aprendiendo de memoria así que llegará un momento en que los hará muy rápido. Sería ideal irle renovando los modelos, a lo mejor intercambiando con algún amigo o familiar. Y por supuesto ir incrementando la dificultad para que no se aburra.

Jugamos todos

Los puzzles son ideales para compartir tiempo con ellos y  “trabajar” juntos por un objetivo. Al principio debemos estar presentes para orientarle en lo que debe hacer, luego continuar dándole tips para facilitarle la tarea (fijarse en los colores, separar las esquinas, observar la colocación de los dibujos, las formas de las piezas…). Al final podemos armar uno de mayor dificultad y que ellos nos ayuden, invertir los papeles. Será muy divertido y enriquecedor.

Llega a su mente el orden

De repente descubre el orden y la organización espacial. Todo tiene su lugar, solo hay que buscarlo. Su mente aprende a clasificar, a separar, a probar y a equivocarse. Rectifica, memoriza, intenta otras vías. Te sorprenderá como influye este comportamiento en su día a día. Es posible que poco a poco sea más ordenado con sus cosas y también que invente puzzles con otros utensilios o juguetes: estructuras con coches, bloques, lápices y cualquier cosa susceptible de formar un “puzzle” 

Ejercita la psicomotricidad

Al colocar cada pieza en su lugar con precisión el niño desarrolla su psicomotricidad. La conexión mano-ojo se trabaja intensamente y veremos como cada vez tiene más facilidad para hacerlo de modo correcto. Esto es muy positivo para el aprendizaje de la escritura, por ejemplo.

Observan, se organizan, interactúan con su entorno, se concentran, se relajan, usan las manos, la memoria, adquieren iniciativa, aprenden a equivocarse, a repetir, a tomar otros caminos, a razonar y se dan cuenta de que el todo está formado por partes que son imprescindibles, que cada una por pequeña que sea le da un sentido al conjunto.

Imagina el día que puedas hacer un puzzle en familia, de 500 o más piezas, dejándolo en un rincón tranquilo para que cada miembro de la familia se acerque cuando quiera a colocar algunas piezas más. Al terminarlo se puede enmarcar y decorar la casa.

¿Se le puede pedir más a un juego?

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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