LA AUTOESTIMA EN LOS NIÑOS
La autoestima es el concepto que tenemos de nosotros mismos, y que esta sea positiva es fundamental para superar con éxito las dificultades que se nos presenten y encarar la vida con la mejor sonrisa llegando a donde queremos estar.
Para que nuestros hijos crezcan con la autoestima alta hay que alimentarla desde bien pequeños, fortaleciendo la imagen que tienen de sí mismos. Esta tarea puede parecer difícil pero con cariño y paciencia lo conseguiremos sin dificultad.
Aquí te decimos cómo hacerlo. No esperes más para poner en práctica estos 4 sencillos consejos.
Quiérelo
Claro que quieres a tu hijo pero él tiene que darse cuenta; tiene que notar tus abrazos y tus besos a menudo. El contacto físico es esencial para sentirse amado. No nos cansaremos de decir que no hay límite en dar cariño a tu hijo. Al contrario, cuanto más mejor. Así además de sentirse bien, protegido y seguro, se convertirá en un adulto cariñoso con su familia. Valora sus logros, que vea que estás orgulloso de él. Pero cuidado, sin compararlo con nadie. Rodéalo de afecto y comprensión y aprenderá a quererse.
Hazle independiente
Desde pequeño puedes procurar estimularle para que empiece a hacer cosas solo. Esto le hará sentirse orgulloso de sus logros por sencillos que sean. Por ejemplo, aún no sabe atarse los zapatos pero ya se los puede poner solito. Anímale y verás cómo le hace ilusión este simple gesto. Deja que ayude en casa, que coopere en tareas simples. Se sentirá útil y capaz, siendo cada vez más autónomo. Esto será crucial para que su autoestima crezca.
Estimula su sociabilidad
Anímale a relacionarse en su entorno, a saludar a las personas que se cruza cada día, por ejemplo. Enséñale a hacer amigos, a no tener vergüenza de preguntar a otros niños si quieren jugar, a entablar conversación. Está claro que algunos niños por naturaleza son más tímidos que otros pero si les damos la pauta para que se relacionen con facilidad tendremos unos hijos más seguros de sí mismos que si necesitan algo lo van a pedir sin temor, y que además, siempre encontrarán algún amiguito para compartir un juego, estén donde estén, lo que les hará más despreocupados y tranquilos.
Enséñale a valorar lo que tiene
No necesitar lo que no se puede tener es la clave para no frustrarse y aprender a disfrutar de las pequeñas cosas. Haz porque tu hijo se dé cuenta de lo afortunado que es viviendo como vive: la gente que le quiere, la comida que se le pone en la mesa, el poder ir a un parque o a una playa, jugar con sus compañeros o amigos, bailar, hacer deporte, celebrar su cumpleaños… Todo es fantástico y tiene la suerte de poder gozarlo. Valorar su vida hará que se sienta afortunado y feliz, lo cual es clave para estar a gusto consigo mismo.
Así que ya sabes: abrazarle, animarle, dejarle que haga las cosas solito aunque se equivoque porque está aprendiendo…, estimula su vida social y hace que valore su suerte. Más o menos ese es el secreto para que aprenda a quererse y así pueda elegir a las personas que de verdad le aprecian, a no aguantar abusos y a tener una vida digna y plena.
