Trucos para una crianza exitosa

Todos a la hora de ser padres soñamos con tener unos hijos maravillosos, cargados de buenas intenciones y sentimientos, y capaces de llegar allá donde se propongan. Pero la realidad es que los niños terminarán desarrollando su propia personalidad e incluso sus propias ideas sobre el mundo, al margen de las creencias de sus padres.

Pero tranquilos…no hay que preocuparse por ello puesto que, que esto ocurra así, es algo muy positivo que nos indica que el niño o niña en cuestión ha ido por el buen camino convirtiéndose en una persona decidida y responsable.

Los padres no podemos convertirnos en figuras autoritarias encargadas de aleccionar y de indicar qué es o no lo correcto en cada sitio y circunstancia de la vida, sino que debemos enseñar a los hijos a desarrollar sus propios criterios y maneras de pensar. Evidentemente nuestras creencias y pautas deberán guiarles por el camino de la vida mientras aún sean lo suficientemente mayores como para hacerlo solos, pero dichas creencias y pautas no deberán ser nunca obligatorias ni impositivas, una vez que los hijos hayan desarrollado su propia personalidad.

En cualquier caso, existen algunos trucos que se pueden aplicar a la crianza y a la educación que, aunque no nos garantizarán que los hijos se vuelvan clones nuestros, sí que nos asegurarán el que sean personas seguras, buenas y dignas de mención.

padre agachado

Toma nota de las siguientes pautas para una crianza exitosa

  • Educar en la importancia de la familia: Pero no solo del grupo nuclear, sino también de la llamada familia extensa. Este punto nos habla de lo importante que es que los niños crezcan apreciando a sus abuelos, a sus tíos, a sus primos…compartiendo tiempo con ellos y valorándolo como lo que es, un tiempo inapreciable que puede desaparecer para no volver. Compartir tiempo con la familia es algo que les aportará nuevos ejemplos de vida y, sobre todo, grandes e irrepetibles vivencias que les alimentarán el corazón.Si un niño crece en una familia en la que hay enfados, críticas y desconfianzas familiares, nunca podrá asumir para sí el verdadero y pleno amor a los suyos. Si unos padres tratan o hablan mal de sus propios padres, ¿por qué no tendrían que hacer lo mismo sus hijos con ellos? Sin duda un importante asunto sobre el que reflexionar…
  • Dar mucho amor, confianza y apoyo: pero nunca de manera totalmente incondicional. Es lógico desear lo mejor para los hijos y brindarles toda la ayuda posible, pero esto nunca debe llevar a cruzar determinados límites. Si los hijos cometen actos completamente reprobables, no puede seguir aportándose esta ayuda inestimable. La razón siempre debe prevalecer.
  • Mantener la paciencia y el espíritu positivo: ante los problemas y el mal comportamiento, en lugar de las amenazas y de la mano dura. Es evidente que ante las rabietas o comportamientos desesperantes puede surgir el deseo de establecer castigos o de experimentar enfados, pero es importante evitar que la mano dura se convierta en algo del día a día. Si educar con el ejemplo es necesario para el desarrollo de un niño, las amenazas y los castigos no pueden aportar nada bueno tampoco en ese sentido.
  • Educar en la importancia de la colectividad: y no en torno al egoísmo y los intereses personales. Es verdad que pensar en lo propio y personal cuando se tiene familia es completamente normal, pero lo cierto es que si esto se convierte en la tónica de nuestra forma de pensar de actuar ya no lo es tanto. Nuestras vidas deben importar tanto como las de los demás, y nuestros derechos comienzan donde terminan los del otro. Educa a tus hijos teniendo siempre presente esta premisa, y crecerán en un entorno lleno de afectividad y de solidaridad mutua, convirtiéndose en miembros muy valiosos para la sociedad.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

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