En la vida no siempre es fácil tomar la iniciativa y tomar decisiones de forma reflexionada y madura. De hecho, son muchos los adultos que aún no han conseguido dominar esta faceta tan importante de la vida llamada proactividad.
Se conoce como proactividad a la conducta de los seres humanos que lleva a asumir el control y los problemas tal y como vienen, procurando una respuesta activa a los mismos y en la medida de lo posible. Pero no siempre es fácil reconocer las características de una conducta en nosotros mismos y en ocasiones es bueno leer una serie de pautas para saber si se cumplen en nuestro caso particular.
Y tú, ¿eres un padre proactivo?
Características que suelen definir a una madre o padre proactivos
- Son personas que confían en sí mismas.
- Su forma de pensar tiende a la positividad en mayor medida.
- Luchan siempre que tienen un problema.
- Procuran sopesar siempre los pros y los contras de cada decisión.
- Asumen los posibles fracasos e intentan aprender también de ellos.
- No dan la espalda a los retos que se puedan presentar.
Ser una madre o padre proactivo es, por tanto, muy importante, ya que pueden educar a sus hijos en torno a aspectos tan fundamentales como el de no decaer, el de no actuar nunca impulsivamente y sin reflexionar sobre las decisiones, en el de la importancia de ser felices y transmitirlo, o en lo vital que es dejar el miedo atrás para no perdernos la vida, que al fin y al cabo es siempre lo más importante y lo que uno desea para sus hijos. Y es que si el miedo o la negatividad se apoderan de nosotros como adultos, a buen seguro que los hijos respirarán ese ambiente casi a diario, asumiéndolo para sí mismos y repitiendo más tarde los mismos patrones de conducta.
Debemos permanecer alerta para lograr que nuestros hijos aprendan a resolver sus propios conflictos y a ir enfrentándose a sus propios miedos, ya que una conducta reactiva solo puede llevar a que, con el tiempo, los niños vayan creciendo sin confianza en sí mismos, viéndose agobiados y superados por todo tipo de situaciones, lo que tarde o temprano crea una infelicidad en las personas que puede volverse crónica.
Aunque los hijos duelen, de nada sirve interceder por ellos en una disputa de parque a la hora de repartirse los juguetes, ya que siendo realistas, el día de mañana puede que nuestros hijos no puedan recurrir a nosotros para verse aliviados y completamente a gusto.
