Cómo hacer que mi hijo se comporte bien fuera de casa

A veces, como padres, nos preguntamos cuáles son los lugares más adecuados para llevar a los niños y cuáles otros no tanto. Sin embargo, lo cierto es que no siempre hay unos lugares más adecuados que otros con respecto al comportamiento de los niños, ya que se trata precisamente de que estos adquieran determinadas normas de convivencia y educación por nuestra parte, que permitan que ellos mismos sepan cómo hay que comportarse en cada lugar o situación.

Eso sí, es importante que conozcamos la capacidad de aguante de nuestros hijos para que, mientras vaya aprendiendo, no le llevemos a sitios (en la medida de lo posible) que terminen rozando su nivel de paciencia y límites personales. Y, aunque es muy difícil saber dónde está el límite en el que un niño sienta que ya no puede más (por ejemplo, estar sentado en un restaurante durante horas), es importante que llegado a ese punto no nos falte al respeto y que aprenda a controlarse poco a poco en este tipo de situaciones.

 

¿Conoces el lema “niños cansados, niños educados”?

Esta frase viene a ser una expresión sintetizada y del todo acertada en torno a la idea de que si a un niño, por ejemplo, lo llevamos toda la mañana a ver caballos o a hacer una excursión en bici, después estará más predispuesto a pasarse una hora sentado dibujando en un papel de menú mientras espera su hamburguesa… Sin embargo, si tenemos al niño toda la mañana en casa con la tele puesta para que no nos moleste mientras nos arreglamos, y a la una de la tarde lo metemos en el coche para ir directo al restaurante, es muy probable que el niño nos dé la comida o termine tirándose encima la bandeja de algún camarero para terminar llorando, porque buscará la atención que no ha recibido durante el resto del día.

Pero pensemos, ¿es esto una situación justa para el niño? ¿le estamos exigiendo que se porte bien o le estamos pidiendo que se comporte como un adulto? La clave está en dar a los niños una de cal y otra de arena, por así decirlo. Debemos exigirles un buen comportamiento pero jugando nuestras cartas: “hemos estado toda la mañana en el parque jugando y por la tarde vamos a ir a ver a los primos, pero ahora mamá te pide que estés sentadito un rato y juegues a pintar con los lápices”. Puede parecer un chantaje, pero en realidad es una forma sencilla de explicarle al niño (haciéndole sentir también mayor y responsable) que él también tiene que ceder un poquito en algún plan que digan sus papás, al igual que ellos lo hacen por él en numerosas ocasiones.

niños-entrega-padres
Por otro lado, también es muy importante tener en cuenta el carácter de cada niño: algunos llegan al cine con dos años y son capaces de tirarse dos horas de reloj sentados encima de sus padres con unas palomitas viendo ‘Frozen’, mientras que otros, que son más mayores y aparentemente pueden disfrutarlo más, a la media hora están que se suben por las butacas del cine del aburrimiento, por lo que nos tocará salir a dar un paseíto y volver más tarde a por el resto de la familia.

De modo que, ante la duda de si tu hijo te vacila o, realmente, la situación está siendo superior a sus fuerzas, es mejor presumir su inocencia. Mejor consentirle (por una vez, y si no estamos seguros) sin motivo, que meterle un broncazo inmerecido.

 

Ideas básicas para no regañar a los peques cuando salimos

  • Tener en cuenta que debemos exigirles que se porten bien, no que se porten como adultos.
  • Tener presente que todo niño tiene unos límites (cada uno bien distintos) y exigirles en consecuencia.
  • Seguir, en la medida de lo posible, la política del “niños cansados, niños educados”.
  • Siempre, siempre, explicar a nuestros hijos las cosas: en este caso, que de vez en cuando toca hacer un esfuerzo por nosotros, sus padres, al igual que lo hacemos por ellos.

Autor: Jesús Falcón

Cofundador del Proyecto educativo Bosque de Fantasías, programador y desarrollador por excelencia, dedicado al mundo educativo y a su evolución.

Comparte este artículo en

1 Comentario

  1. Creo q estamos de acuerdo en que muchas inconductas de los niños no son sino una forma de llamar la atencion si se les da atención cuando su conducta es buena y se lo hacemos saber el niño procurará portarse bien siempre y cuando no excedamos sus límites.

    Publicar una respuesta

Envía un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *