Cómo combatir el aburrimiento en niños

Publicado por Jesús Falcón en Jun 30, 2017 | 1 comentario

A pesar de lo que pueda parecer, los niños no están más inclinados al aburrimiento que los adultos. Todos pasamos por momentos y etapas de menor capacidad de concentración, de nerviosismo, de estrés…todos condicionantes del estado de aburrimiento. Pero sí que es cierto que los niños de hoy en día parecen contar con muchos menos recursos que los niños de otras épocas, con los cuales poder luchar contra el aburrimiento. Es como si a más cosas, más posibilidades de no encontrar satisfacción en ninguna de ellas.

Del mismo modo, este nuevo estilo de vida en el que parece todo de fácil acceso para los más jóvenes, hace que tengan una menor tolerancia a la frustración y que no gocen de la paciencia que se necesita para lidiar con situaciones en las que, por el motivo que sea, no estemos excesivamente contentos ni a gusto.

A mayor tiempo libre, más felicidad

El título de este apartado puede parecer contradictorio. ¿Es posible no aburrirse cuando se cuenta con mucho tiempo libre? Pues no, es probable que esto no sea posible, entre otras cosas porque experimentar el aburrimiento de vez en cuando es algo humano. Pero lo que sí es cierto es que cuantas más actividades organizadas se tengan durante un día, menos posibilidades se tendrán de dar rienda suelta a la creatividad y a la imaginación, aumentándose también las posibilidades de estrés y de cansancio físico y mental.

Cuando los niños están acostumbrados a tener una planificación concreta del día entre jornada escolar y actividades extraescolares y maratonianas, es más difícil que sepan organizar su tiempo libre cuando dispongan de él, pues ese tiempo libre formará parte de un descuadre dentro del esquema de vida con el que cuentan casi cada día.

Debemos tener en cuenta también que aburrirse de vez en cuando no tiene por qué ser algo malo. Somos nosotros mismos los que nos hemos creado una falsa imagen de la vida en la cual, para que sea verdaderamente buena y feliz, hay que estar haciendo cosas maravillosas constantemente. Esta idea nos aleja de realidad y nos conduce al inconformismo natural. Un inconformismo que nos va poniendo piedrecitas en el camino, haciendo más difícil nuestro caminar por la rutina diaria.

Remedios para alimentar la imaginación y acabar con el aburrimiento

• Tecnología y educación: internet permite que los más pequeños puedan aunar dos elementos muy importantes que son, aquello que les apasiona (tecnología) y aquello que necesitan para vivir y desarrollarse plenamente (educación). Ayuda a tus hijos a buscar contenidos amenos, divertidos y productivos que permitan que puedan disfrutar de lo que más les gusta al tiempo que aprenden y descubren cosas nuevas.
• Colorear: colorear está considerado una terapia natural para la mejora de nuestra mente y de nuestro estado de ánimo. Los colores en su variedad, junto a la combinación de los mismos, permiten acabar con las situaciones de estrés y dar rienda suelta a la creatividad.
• Juegos divertidos: los juegos de mesa, los bailes y las coreografías en grupo, el juego al aire libre…son ideas sencillas que además de mantenernos activos de manera física y mental, permiten la colaboración y el trabajo y la diversión en grupo. Un remedio infalible para compartir tiempo con los seres queridos o hacer nuevas amistades.
• Salir a la calle: salir siempre es bueno. Podemos tomar aire fresco en el parque, dando un paseo por la ciudad…algo sencillo que nos permite disfrutar de nuestro entorno y de la gente que nos rodea. Salir a la calle es una fuente inagotable de imaginación y de creatividad. ¡Inspírate por donde quiera que vayas!

Sencillas recomendaciones con las cuales podemos enseñar a nuestros hijos a hacer un buen uso de su tiempo libre, dándoles opciones que sin duda pueden servir para acabar con el temido aburrimiento. Pero no debemos olvidar que aburrirse abre la imaginación y nos invita a pensar por nosotros mismos, a buscar soluciones y a asimilar las cosas de la vida. Todos los niños y niñas necesitan tiempo para quedarse en las nubes, para soñar bonito y para observar las bondades del mundo que les rodea.

No impidamos que descubran por sí mismos la vida.